La Audiencia Nacional ha condenado a ocho años de cárcel al ciudadano saudí Mudhar Hussein Almalki, conocido como el 'Bibliotecario de Al Qaeda', al que atribuye un delito de integración en organización terrorista por practicar la 'yihad' o guerra santa "mediante la palabra".
En una sentencia dictada este jueves, la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal señala que el acusado, encuadrado en la red Ansar Al Muyahideen, difundió a través de internet material de exaltación del 'yihadismo' y manuales para la fabricación de explosivos que "contribuyen directamente a la formación y el adiestramiento terrorista".
Según la resolución, de la que ha sido ponente el magistrado Juan Francisco Martel, la conducta del 'bibliotecario de Al Qaeda', al que se incautaron 30 imágenes de víctimas de los atentados del 11-M en la estación de El Pozo, "lo sitúa al mismo nivel de intensidad e implicación que la que ejercen los militantes también 'yihadistas' que pasan a la acción" en zonas de conflicto.
Almalki, que fue detenido en Valencia el 27 de marzo de 2012, llegó a ser "supervisor o administrador" del Consejo Consultivo del aparato de propaganda de Ansar Al Muyahideen, al que el tribunal considera "franquicia" y "grupo satélite" de Al Qaeda. Este órgano, según la sentencia, se dotó de "un departamento de traducción de inglés y alemán para llegar a sus simpatizantes europeos". Para ello, el acusado, de 53 años, colgaba su material en foros, salas de 'paltalk' (chats) y un repositorio de acceso público denominado 'www.archive.org'.
FOTOS DE AZNAR Y SOLANA
Entre la documentación que guardaba el acusado, que no trabajaba desde el año 2001 ni obtenía remuneración por su labor 'yihadista', se encuentran 214.000 archivos sobre métodos para ocultar cargas explosivas en mercados, autobuses o restaurantes, así como manuales de seguridad para activistas y de formación sobre minas, bombas, granadas explosivas, morteros y venenos. Uno de ellos llevaba como título 'Destruya sus hogares con sus propias manos'.
También tenía fotografías de personas "señaladas", entre ellas el expresidente del Gobierno José María Aznar o el exsecretario general de la OTAN Javier Solana, al tiempo que aprovechó su presencia en foros para exaltar la actuación del 'lobo solitario' Mohamed Merah, que asesinó a siete personas en marzo de 2012 en Toulouse (Francia).
A juicio de los magistrados Teresa Palacios, Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel, el material incautado al acusado es "fiel reflejo del panorama devastador que conlleva la materialización de las ideas y planteamientos extremistas, intransigentes y violentos que difundía desde su privilegiada posición en la red terrorista" a la que pertenecía.
"SUSTENTO A LOS TERRORISTAS"
A pesar de la "tesis pacífica y moderada" que el acusado exhibió en el juicio, en el que defendió su labor en el marco de la libertad de expresión, opinión e información, el tribunal rechaza "absolutamente" la tesis absolutoria esgrimida por su defensa porque su actuación "trasvasa enormemente los límites de los derechos que se invocan para transmutar su conducta en delictiva".
En este sentido, recalca que el acusado "mantuvo durante seis años una relación estable y subordinada a la estrategia de la organización a la que pertenecía, comenzando en 2006 y acabando en marzo de 2012". Así, "siguió las directrices de la organización y trató con miembros relevantes de ella, granjeándose su confianza y consideración".
El resultado de esta actividad fue que el 'bibliotecario de Al Qaeda' prestó "un sustento ideológico y logístico a los futuros autores de atentados terroristas, cuya conducta dista mucho de poder ser considerada como una aportación ocasional e irrelevante". "La conducta del acusado encaja en la incitación directa y persistente a cometer actos de terrorismo", concluye el plenario.
"FOMENTO DEL ODIO Y ANIQUILACIÓN DEL DISIDENTE"
En este punto, los magistrados señalan que el acusado cumplió "eficazmente" su cometido en la organización, dirigido a "la captación, adoctrinamiento y formación de futuros terroristas, al elogio de los que actuaban en zonas de conflicto, a la alabanza de los que se inmolaban a la vez que mataban y al fomento del odio y la aniquilación del disidente".
Tras destacar la importancia que tiene internet para líderes de Al Qaeda como Ayman Al Zawahiri o Anwar Al Awlaki, los magistrados subrayan la "naturaleza nítidamente terrorista" de la red Ansar Al Mujahideen, a pesar de que no se haya declarado como tal por la ONU, el Departamento de Estado de Estados Unidos o la Unión Europea.
Durante el juicio, que se celebró el pasado 24 de abril, Almalki defendió que difundir este material en internet es menos peligroso que "vender cuchillos". "Un libro no hace daño, es información, en sí mismo no es un arma. También hay personas que venden cuchillos que pueden emplearse para matar", argumentó.