Comienza por una cerilla, una colilla, un descuido o algo más y termina con la intervención de los Bomberos como ha ocurrido esta tarde en el poiígono industrial Fadicas II. Obviamente no se ha quemado nada más que matojos porque se trata de una de esas obras fantasmas plantadas en el anterior mandato corporativo y que está a la espera de crear los 2.000 puestos de trabajo prometidos.
A falta de llegue la luz, lleguen los empresarios para construir parcelas y llegue la riqueza prometida, una gran nube de humo sembró la alarma primero y la indiferencia después. Al fin y al cabo es lo menos que se espera en un lugar abandonado y con yerba seca suficiente para que ocurriera lo que ha ocurrido.