Los ciudadanos de Estepa, una población de unos 13.000 habitantes de la Sierra Sur de Sevilla famosa por el aceite y los mantecados, se han rebelado contra la oleada de robos en viviendas y comercios que padecen desde hace más de dos años y ha prendido la mecha este fin de semana.
La ira se desató ayer en una concentración vecinal, convocada a través de las redes sociales, para denunciar la oleada de robos, y un grupo reducido de los varios cientos de participantes se desplazó hasta las viviendas que habitan varias familias de etnia gitana, a las que responsabilizan de los robos.
Algunos de los afectados por los robos, que en los últimos meses se han acrecentado, asaltaron seis viviendas de esas familias gitanas para llevarse las cosas que su vez les habían robado de sus casas y comercios, e incendiaron dos de esas viviendas, si bien no se produjeron daños personales.
Rafael González, uno de los afectados, ha explicado a los periodistas que participó en el asalto porque le habían robado de su negocio cuchillos de jamón y herramientas de trabajo, y los recuperó cuando entró en la vivienda.
Los vecinos han querido dejar claro que no es un problema de racismo contra los gitanos sino que son unas familias "dañinas" pueblo porque además de robar cometen fechorías como desenchufar los congeladores de los comercios para que se estropee la mercancía, entre otras cosas más escabrosas.
Otros afectados recuperaron ayer mercancías que le habían robado en los últimos meses como máquinas de coser, televisores y material informático, han relatados los vecinos, que se concentraron ante el ayuntamiento con motivo de la rueda de prensa convocada hoy por el alcalde, Miguel Fernández Baena.
Los concentrados estaban muy alterados por la "indefensión" en la que dicen encontrarse por parte de las fuerzas de seguridad y por el miedo y el temor que infunden esas familias gitanas a los vecinos de Estepa, sobre todo a las personas mayores.
Otro vecino lamentaba que ocurran estos hechos en un pueblo "tranquilo y mucho trabajo e industria" como es Estepa, que con la producción de aceite de oliva y mantecados genera mucho empleo en la localidad.
Ha achacado lo sucedido ayer a la crispación de la gente, que "han dañado las casas de esas familias como queriendo que se vayan del pueblo", pero ha insistido en que "Estepa no es racista".
"Cuando la gente ha salido a la calle es porque no puede más", contaba una mujer, al tiempo que expresaba su temor porque ese clan gitano roba por "todas partes y a todas horas".
La opinión de los vecinos es que esto no ha acabado porque tienen intención de seguir manifestándose en contra de los robos.