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Jaén

El rayo que no cesa

La capital pierde otros dos negocios emblemáticos: la cafetería Zeluán y Discos Pioneros, durante décadas con los jienenses

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Como aquel rayo que no cesaba de sacudir el corazón herido de Miguel Hernández, esta crisis oscura, sin salida para el común de los mortales, deja en el árido campo de batalla dos nuevas víctimas, otros dos símbolos de Jaén. Ayer cerró sus puertas la cafetería Zeluán en pleno centro tras más de cinco lustros y a finales de este mes, Discos Pioneros, se despedirá también de los jienenses para siempre. Se suman así a decenas de emblemáticos negocios de una ciudad que expira y a cientos de otros anónimos que no corrieron ni la suerte de salvar las naves unos años. El nuevo curso vital de esta ciudad no está para más esperas y brindis al sol. Jaén está harta de oir hablar de futuro y precisa ya un presente próspero que la saque del ostracismo más cruel. Son muchos los esfuerzos y las ilusiones que año tras año ponen los jienenses; todos, empresarios, trabajadores, artistas, políticos, para que Jaén tenga el presente que lleva esperando décadas y que siempre cae en terreno baldío. Parte del corazón y de la Historia cercana de esta ciudad se van con la cafetería Zeluán y con Discos Pioneros, como ya se fueron con Furnieles, el Sanatorio, la Perdiz o Gutiérrez recientemente. Vidas, trabajos e ilusiones que pasan a llenar páginas y lamentos y que deberían llenar vivencias, anécdotas y riqueza para esta tierra. Vendrán otros, pero cuántos más deberán caer por este maldito rayo que no cesa.

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