“Y también desde la tradición; y si después de tantos años de aguantar embestidas la fiesta sigue viva será por algo”, añadió el pregonero, tras negar la violencia de una fiesta en la que “más allá de un ‘¡presidente, sinvergüenza!’ es difícil que encuentren nada”.
En relación con los ataques recientes que ha sufrido el mundo de los toros, como la declaración de Barcelona como ciudad antitaurina, el pregonero señaló que “no es un tópico barato decir que es una fiesta profundamente española; la existencia para el español sólo parece que tiene autenticidad cuando se vive como una aventura”.
Herrera también lanzó un órdago a los poderes políticos para que se involucren en la defensa de la tauromaquia: “echo en falta, desde el poder, menos complejos para defender la fiesta, no sólo una expresión artística sin parangón en el mundo, sino una industria de la que dependen muchos puestos de trabajo. Sin contar con el ecosistema”.
Un recorrido por la copla, una de sus grandes pasiones, y el toro, dio paso en el pregón a que la lírica suceda a la reivindicación social y política del mundo de los toros.
El pregón también ha recordado a numerosas figuras del toreo: desde Manolete a Pepe Luis; de Joselito o Belmonte a El Gallo. De El Cordobés a Tomás; de Cagancho a Curro Romero.
El acto, que abarrotó al Teatro Lope de Vega, contó con la presencia de numerosos representantes de la sociedad sevillana y el mundo de la política y el toreo.