Campo de Gibraltar

El Chiclana tan sólo consigue un empate ante el Mairena

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Mairena  1
Chiclana 1
Mairena: Marcos, Moreno, Juan Sigüenza, Uriel, Fran Roser, Uri, Reyes (Antoñito, m. 75), Pana (Cisco, m. 50), Sergio Berro, Antonio Cruz y Juanito (Eloy, m. 75).
Chiclana: Dani (Mayé, m. 12), Flor (Koeman, m. 68), Eric, Romero, Ati, Javi Panés, Germán, Carlitos, Paquito Sánchez (Nene, m. 69), Dani Almendro y Ñoño.
Árbitro: Lorenzo Vílchez, granadino. Amarillas a los locales Moreno, Uriel y Fran Roser, y a los visitantes Eric, Sánchez, Romero, Javi Panés, Germán, Carlitos, Ñoño y Koeman.
Goles: 0-1 (m. 7) Ñoño; 1-1 (m. 83) Sergio Berro, de penalti.
Incidencias: Unas 650 personas en el Nuevo San Bartolomé de Mairena del Alcor.


El Mairena, merced a un penalti inexistente, salvó un punto en su duelo ante un Chiclana mejor en líneas generales. Los blanquinegros, como de costumbre en su feudo, regalaron la primera parte para reaccionar a tiempo en la reanudación, si bien el juego exhibido ante un candidato a la permanencia no fue el esperado por los aficionados sevillanos.

Comenzó avisando muy pronto el conjunto de Eusebio Navarro, pero el zurdazo de Uri se fue demasiado alto. Fue un espejismo, porque los anfitriones no iban a hacer correctamente sus deberes ni en defensa, donde sufrieron en demasía ante la velocidad de Ñoño, ni en ataque, donde se olvidaron de los cánones que defienden las entradas por banda como argumento más peligroso. De hecho, tras adelantarse Marcos a los seis minutos en un buen balón de Javi Panés a Ñoño, llegaría el cero a uno, en una acción calcada, aunque, esta vez, el delantero blanco sí acertó a cruzar bien su disparo al fondo de la red.

La respuesta del Mairena no tardó en llegar, si bien Dani enviaría a córner con apuros en el 10 el lanzamiento de Juanito desde la frontal. Tanto es así que el cancerbero se lesionó en esta acción y tuvo que dejar su sitio a Maye. Pese al susto, el Chiclana vivió cómodamente en esta fase, manteniendo a su rival lejos del área y contragolpeando con peligro siempre que la ocasión lo permitía, sobre todo, con la velocidad de Ñoño. Así, en el 18, el habilidoso atacante se escapa de Uriel, pero Marcos salva milagrosamente el segundo tanto.

En el ecuador de la primera parte, los alcoreños reaccionaron tímidamente. Berro está a punto de llegar a una dejada de Pana, que ensayó sin suerte a la media hora una diagonal, tras una falta de Juanito que remató en semifallo Uriel, aunque el disparo del alcalareño resultó demasiado flojo. En el 33 volvió a avisar Ñoño, quien se va perfectamente de la marca de Uriel y se la deja en ventaja a Paquito Sánchez, pero éste falla estrepitosamente. Fue un punto de inflexión, porque Bolli replegó inesperadamente a los suyos y le dejó la iniciativa a un Mairena que, sin embargo, casi nunca supo qué hacer con el balón. El asistente frenó injustamente varias arrancadas blanquinegras, de tal forma que la única llegada reseñable antes del intermedio no llegó hasta los 36 minutos, cuando Pana asiste a Sergio Berro para que el goleador local se entretuviera en exceso.

En la reanudación, paradójicamente, el más necesitado de ambos contendientes salió frío y sin concentración, lo que a punto estuvo de facilitar la sentencia visitante. De esta forma, en el 48, Paquito Sánchez y Carlitos lo intentan desde la frontal, el segundo de ellos rozando el palo, mientras que, en el 53, es Ñoño quien dispara alto. Dos minutos más tarde, Marcos no bloca bien un balón y resbala, pero la suerte no le fue del todo esquiva al sevillano. Los hombres de Eusebio Navarro seguían espesos, aunque el repliegue chiclanero, con todo, permitió que el diálogo se tornara en monólogo, gracias sobre todo a las ganas de Berro.

En el 65, el ex isleño se revuelve para pegarle, lo que provoca que Maye tenga que intervenir, un instante antes de zafarse de su par y disparar rozando la base del poste. En el 72, el delantero del Mairena la manda muy alta, lo que redundaba en el desconcierto general, porque los anfitriones no interrumpían la sangría atrás, pero tampoco conseguían llegar con claridad al área rival. La impotencia sevillana se traducía en demasiadas interrupciones y pérdidas de balón, gran parte de ellas motivada por la impotencia.

Con todo, los cambios de Navarro dieron sentido y profundidad al juego alcoreño, con un Eloy que se echó el equipo a la espalda en la parcela ancha y un Antoñito bastante incisivo. Así, tras un aviso de Dani Almendro en el 81, el segundo traza una diagonal y se marcha perfectamente de su marcador, aunque luego se tira encima del defensa y engaña al colegiado, que decreta penalti. Maye adivinó la dirección, pero la potencia del disparo de Sergio Berro hizo inapelable el empate, sobre todo porque los dos pecaron de conformismo en los últimos compases y decidieron -o no pudieron hacer otra cosa- nadar y guardar la ropa.

 

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