Efectivos de la Policía Local de Sevilla clausuraron, la pasada madrugada del jueves 20 de noviembre, el histórico y mítico local sevillano La Carbonería.
Los agentes esgrimieron que actuaban por el incumplimiento de una resolución del área municipal de Medio Ambiente, que ha incoado un expediente contra dicho negocio por celebrar conciertos y espectáculos, pese a que su licencia de bar no contempla esa actividad.
Fuentes municipales han informado de que, en concreto, el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento ha incoado contra este conocido negocio, muy popular entre los turistas por sus conciertos y espectáculos de flamenco, un expediente sancionador por una infracción de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Andalucía, dado que la celebración de conciertos en el interior de este espacio “excede” los aspectos contemplados en la mera licencia de bar.
Este expediente sancionador contempla una orden de clausura por un periodo no superior a un mes, así como una propuesta de sanción de hasta 2.000, euros cuya cuantía definitiva debe resolver la instrucción del expediente sancionador ya mencionado.
La Carbonería lleva décadas ocupando un espacio que abarca todo el ámbito cultural, el flamenco, la magia, las exposiciones, el teatro, la literatura y la música, sin prácticamente ninguna queja vecinal.
En el momento del cierre se estaba celebrando el cumpleaños del cantante Paco Ibáñez, que se encontraba rodeado de numerosos músicos que lo han acompañado durante años. Según algunas informaciones publicadas, uno de los invitados, el conocido juez Baltasar Garzón, no dudo en ofrecerse en ese mismo momento como abogado.
Algunos vecinos consultados por esta redacción, que ya recogen firmas para la reapertura, aseguran que nunca han sufrido molestias derivadas directamente de La Carbonería y que a veces se confunde a las personas que transitan por los alrededores o se sientan en las calles y plazas colindantes, para consumir alcohol, con los verdaderos clientes del local.
No es un secreto que la base de la clientela de este espacio han sido históricamente las personas vinculadas con la cultura en Sevilla, que se completa con miles de turistas que vienen a Sevilla y que aprecian el poder disfrutar de bares con este inigualable ambiente y en los que se respira cultura desde hace años.
Esos mismos turistas, cuando se van de nuestra ciudad se llevan un recuerdo que transmiten a sus amigos, haciendo que en Sevilla crezca el número de visitantes.
Pero una vez más, desde las instituciones responsables se pone el punto de mira sobre este tipo de negocios alegando que no tienen licencia para conciertos, pero no dicen que sus propietarios llevan años intentando conseguir esa licencia sin que se le sea concedida por el área de Medio Ambiente del Consistorio.