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Otras dos víctimas más en Afganistán

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La mañana de ayer se tiñó de negro con la noticia de la muerte de dos soldados españoles en Afganistán a consecuencia de un ataque suicida al convoy de vehículos en el que se encontraban. Son dos fallecidos más, dos soldados españoles más, que han dado su vida en un país en el que se lucha por la erradicación de los talibanes y, con ellos, del soporte más sólido que dispone el terrorismo integrista en el mundo. La muerte de estos dos soldados españoles eleva a 87 el número de militares españoles fallecidos en el país asiático desde la llegada de tropas a Afganistán en enero de 2002. Afganistán es un gran problema enquistado y el mundo entero está pendiente de la próxima toma de posesión de Barack Obama, que afirmó durante su campaña que realizará un endurecimiento de la campaña bélica en este país en detrimento de Irak, donde el presidente electo piensa retirar efectivos para reforzar la presencia en Afganistán.

¿Qué más prueba de sacrificio por la libertad que la muerte de 87 militares españoles en Afganistán? España mantiene en Afganistán un contingente de 778 militares destacados en su mayoría en la Base de Apoyo Avanzado de Herat. El compromiso de España contra la lucha del terrorismo islámico es más que firme y así debe seguir siendo. Actuar en Afganistán es mucho más prioritario que en Irak, por eso no son asuntos comparables. Es necesaria la presencia militar española en el país afgano porque en sus tierras se esconden los más peligrosos y fanáticos guerrilleros que constantemente amenazan con golpear a nuestro país, como ya ocurrió el 11 de marzo de 2004. El fallecimiento de estos dos militares se enmarca dentro de esta lucha, porque debe tenerse claro que, ante todo, Afganistán es territorio en guerra mientras no se aniquile a la resistencia talibán.

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