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Sevilla

La Fiscalía subraya que dos acusados "asesinaron, no mataron" al indigente

La Fiscalía ha subrayado en un juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia de Sevilla que los dos acusados "asesinaron, no mataron", a un indigente, y ha explicado que ese matiz supone que actuaron con un "plus de gravedad" y a "traición" y por lo que les pide 20 años de prisión a cada uno de ellos

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La Fiscalía ha subrayado en un juicio que ha comenzado hoy en la Audiencia de Sevilla que los dos acusados "asesinaron, no mataron", a un indigente, y ha explicado que ese matiz supone que actuaron con un "plus de gravedad" y a "traición" y por lo que les pide 20 años de prisión a cada uno de ellos.

Los dos acusados, por su parte, han negado las acusaciones y uno ha mantenido que se limitó a defenderse de los golpes con un palo que le propinó el indigente y que para ello le arrojó dos piedras, una de las cuales impactó en la pierna y la otra en el abdomen de la víctima.

La Fiscalía ha asegurado que los dos acusados, J.C.F. y G.D.G., que están en prisión, mataron al indigente conocido como El Chatarrero en Utrera (Sevilla) tras una agresión a pedradas registrada la madrugada del 17 de junio de 2013 que le provocó una herida mortal en el abdomen.

En la primera sesión del juicio, que se celebra con jurado, uno de los acusados ha explicado que montó al indigente y su moto y que discutió con él cuando le pidió un cigarrillo, tras lo cual fue agredido con un palo y se defendió tirándole una piedra que encontró en el suelo y que le golpeó en una pierna.

Como la agresión con el palo continuaba, ha asegurado el acusado, le tiró otra piedra que le dio en el abdomen y huyó del lugar dejando la moto en el suelo y con las llaves puestas por la llegada de un coche que supuso de un amigo del indigente.

Ante la Guardia Civil simuló el robo de su moto porque tenía "miedo" a que le pasara algo y además estaba "nervioso", ha agregado el acusado, que después contó la misma versión que ha ofrecido en el juicio cuando entró en prisión.

El otro acusado, por su parte, ha negado que estuviera en el lugar de los hechos y ha enfatizado que está en "estado de shock" porque todavía no sabe lo que ha ocurrido.

A respuestas de las partes, el acusado solo ha reconocido que fue a casa de su amigo cuando le llamó de madrugada y le dijo que le habían quitado la moto.

Un mes más tarde se enteró por "rumores" del pueblo que una tía de su amigo iba diciendo que su sobrino mató al indigente, lo que atribuyó al enfado que tenía por el robo de dinero que sufrió en su frutería, y que escuchó cómo su amigo le contaba a su hermano la acusación que le hacían.

También ha afirmado que por "rumores" está acusado de dos robos con fuerza, y ha admitido que conducía vehículos sin carné.

Un testigo que ha declarado protegido por una mampara ha contado que llamó a la Guardia Civil cuando oyó desde su ventana cómo agredían al indigente en una caseta de bombeo de agua del camino de Zarate.

El testigo ha dicho que desde su casa solo vio a una persona con una linterna y que escuchó a la víctima pedir que le dejaran tranquilo porque le iban a "reventar" la cabeza, por lo que dedujo que había más de un agresor, y ha matizado que a la mañana siguiente vio al indigente por un centro comercial.

El indigente murió con 49 años por un traumatismo abdominal cerrado que le provocó una peritonitis postraumática y una hemorragia intraperitoneal por desgarro.

Además, la víctima tenía señales de haber recibido golpes en la cara, el tórax, los hombros, las manos, las rodillas y el pie derecho, según la Fiscalía.

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