Pasión Vega ama la música y honra a sus grandes. Carlos Cano fue uno de ellos, y quince años después de su muerte sigue homenajeándole con un disco, Pasión por Cano, en el que interpreta algunos de sus temas.
Ya han sido varias las visitas a La Línea. ¿Qué le evoca esta ciudad y por qué la elige siempre que sale de gira?
–Desde mis comienzos en general he estado muy apegada a la provincia de Cádiz y de hecho en La Línea participé en la Coronación de la Reina en uno de mis primeros conciertos. Es una ciudad que sabes que la gente te quiere y te conoce y es muy importante. Especialmente en el caso de este disco de Carlos Cano, ya que era un granaíno muy atlántico y aquí se le quiere mucho. Guardo recuerdos de estar allí empezando, de esos primeros nervios de estrenar canciones en La Línea, y en Algeciras. Ya he estado aquí y sigo viniendo aquí después de tanta pelea y tengo muchas cosas por las que darle muchas gracias al público, y a la vida.
Está inmersa en una gira que le lleva por grandes escenarios y que, como mínimo, le mantendrá ocupada hasta septiembre. ¿Cómo hace frente al agotamiento y a la falta de tiempo para la familia?
–Tengo mucha vitalidad, y como estoy haciendo lo que me gusta me siento con muchas ganas. Me gusta mucho cantar y subirme a un escenario. Es un aliciente en mi vida, una especie de vitamina. Estoy muy a gusto con el ambiente de trabajo, son músicos excelentes, extraordinarios, una pequeña familia ambulante, lo que hace esos viajes largos más amenos y más divertidos. La verdad es que me encanta mi trabajo, ir a cada ciudad y cantar en cada teatro. No me pesa para nada.
Este disco es un homenaje a Carlos Cano con 12 temas de él que ahora interpreta. ¿Cómo fue su relación con el artista y la persona y qué significa para usted hacer este disco?
–Carlos Cano para mí es un referente importantísimo. Es el eslabón que no dejó que se perdiera la copla, renovó el repertorio, lo hizo mucho más cercano. Estuvo muy comprometido con las épocas de cambio político y la música y le tengo un respeto absoluto. Además, ha sido la banda sonora de mi infancia y de mi juventud. Mis padres eran muy amantes de Carlos Cano. Me encantan sus canciones, y el hecho de haber hecho este disco en torno a su figura me ha ayudado muchísimo a seguir conociéndolo y quererlo aún más. Era un granaíno muy universal, ¡como Lorca!
Recientemente ha mencionado que el tema ‘Luna de Abril’ es tu favorito, ¿por qué?
–Es un tema para mí muy sugerente, porque cada uno lo interpreta de una manera que quiere. Carlos lo compuso pensando en la Revolución de los claveles en Portugal. A mí me quedó esencialmente ese canto a la vida y a que siempre hay una segunda oportunidad. Luego, cuando he tenido la fortuna de ser mamá y mi niña es de abril, es un mes muy importante, algo que me ha hecho sentir nueva, muy diferente. La canto siempre pensando en ella.
-De tener la oportunidad de volver a hacer un dueto con Cano, ¿qué tema elegiría?
–Habría sido Habaneras de Cádiz. Yo estoy también muy vinculada a la ciudad de Cádiz ,vivo allí desde hace doce años y me siento muy querida, muy bien acogida allí, y eso es la conexión que tenía con Carlos. Hubiera sido precioso.
¿Cómo ha sido trabajar con Maria Dolores Pradera en el tema ‘Aires de Cuna’?
–Un auténtico lujazo. Es un mito viviente que tenemos que cuidar y mimar y seguir dándoles su espacio. A veces nos hacemos mayores y las generaciones jóvenes se olvidan de todo esto. Es muy importante querer a nuestros artistas de siempre. Amarlos, conocerlos. Creo que María Dolores en este disco ha puesto ese sello de elegancia que le sigue allá donde va. Sigue teniendo una voz de cristal, maravillosa, de lo que no hay en este país. Soy una gran afortunada de haber cantado esa nana con ella.
-¿Qué le está pareciendo la acogida que la gente le está dando al disco?
–Estoy muy sorprendida, porque me he dado cuenta de lo que echaba el público de menos la música de Carlos Cano, no solo yo. Me he encontrado las puertas abiertas en muchos lugares y con la gente con muchas ganas de venir a este concierto. En ese sentido, estoy supercontenta del trabajo que hemos hecho, una apuesta con el productor Fernando Velázquez, un pequeño genio -porque es muy joven- y con una carrera superbrillante. Lleva las canciones de Cano pero aparte es una apuesta arriesgada hacia la modernidad sin perder esa raíz que tenía Carlos ni el respeto a sus canciones.
En un momento como el actual, con la situación económica que estamos viviendo, la piratería, el IVA cultural... ¿Cómo sobrevive el artista hoy en día?
–Ha sido una época muy dura, muy difícil. Creo que ha sido importante renovarnos, el estar ahí y seguir luchando por hacer cosas diferentes o con dos o tres proyectos a la vez, como ocurrió con Azabache, con Diana, Pastora y Manuel Lombo, proyectos más atractivos para que el público siga yendo a los teatros. Y esperamos que este sea el año decisivo con el cambio del 21% del IVA.
Son más de 20 años en el mundo de la música. ¿En qué punto de su carrera está?
–En un momento muy importante, de revitalización, de comienzo. Este disco de Carlos es una vuelta a las raíces, para coger fuerzas para volver el año que viene con un disco de canciones inéditas y volver a sorprender y estar ahí. Seguimos aprendiendo y reinventándonos. Todavía está por llegar mi mejor canción. Eso siempre lo tiene que tener el compositor o el músico en mente, ir a la búsqueda de la belleza, de esa gran canción. Quedan muchísimas cosas por hacer. Después de hacer esta gira por el país, quiero volver a Latinoamerica o debutar en París, que es uno de mis sueños.
Para terminar, ¿qué pueden esperar sus fans de este concierto en La Línea?
–Les diría que no esperen nada, que vengan con la mente como niños pequeños a escuchar de nuevo temas de Carlos Cano con una voz femenina y con unos arreglos completamente diferentes. Va a ser un concierto muy del mundo, llevamos instrumentos maravillosos, un cuarteto de cuerda que nunca lo había llevado en un concierto, y hecho con base artesanal, de pequeños detalles de sensibilidad, para disfrutarlo de verdad para disfrutarlo desde el corazón y será muy alegre, porque Carlos tenía ese ramalazo de ser muy divertido.
