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Huelva

El Obispo de Huelva llama a los rocieros a participar en la regeneración moral de la sociedad

Lo ha dicho durante la celebración de la misa de romeros en el Real de la aldea, en la que han participado las 116 filiales, único momento de la romería en que se reúnen todas

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  • El obispo en la misa -

El obispo de la Diócesis de Huelva, José Vilaplana, ha llamado hoy a los rocieros a que, como cristianos, participen en "la renovación de la Iglesia y en la regeneración moral de la sociedad".

Lo ha dicho durante la celebración de la misa de romeros en el Real de la aldea, en la que han participado las 116 filiales, único momento de la romería en que se reúnen todas, y que ha sido cantada por el Coro de la Línea de la Concepción.

Como es tradicional, miles de personas pertenecientes a las 116 hermandades filiales rocieras, con sus capellanes al frente, han asistido a la misa, así como rocieros que no pertenecen a ninguna hermandad, conformando según el obispo "una asamblea gozosa y colorista" reunida bajo la protección de la Virgen del Rocío.

En la homilía, Vilaplana ha indicado que "sólo con la fuerza del Espíritu Santo", que reciben de nuevo los que participan en esta eucaristía, se podrá avanzar en "la necesaria transformación que requiere una sociedad compleja como la nuestra".

El Espíritu Santo, ha dicho, "nos da capacidad para compartir y paliar la pobreza, capacidad de diálogo para juntos buscar la verdad y capacidad de perdón para curar las heridas del corazón humano".

La responsabilidad del cristiano pasa por "participar en la renovación de la iglesia y en la regeneración moral de la sociedad que ha de ir precedida de la experiencia del amor de Dios recibido como don".

"Lo que nos pide nuestra madre, la Virgen del Rocío, y nos exige nuestra fe es que cada uno con el don que hemos recibido nos pongamos al servicio de nuestra fe y seamos un estímulo para crear unas relaciones que nos humanicen y una forma de vivir que genere más justicia e igualdad".

Tras participar en la romería, ha indicado Vilaplana, los rocieros han de regresar a sus ciudades y pueblos "dispuestos a que el Espíritu Santo produzca en nosotros sus frutos, que son: Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí".

"Dios quiera que estos frutos caractericen las realizaciones en una sociedad, en la que hoy se celebran elecciones, para que todo contribuya al bien común", ha concluido.

Al final de la homilía, las 116 hermandades filiales han renovado su compromiso con la Blanca Paloma, pasando los presidentes y hermanos mayores ante un libro con la leyenda "creemos en todos y cada uno de los dogmas adorables de nuestra sacrosanta religión, católica, apostólica y romana, única verdadera, y estamos dispuestos a derramar por ella hasta la última gota de nuestra sangre si fuese necesario".

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