Casi 14 años han pasado desde su salida de Operación Triunfo y, aún así, Natalia Rodríguez es con orgullo "Natalia de OT" o "la Britney Spears española", una superviviente que canta y baila "con ropita sexy" sus propios temas de pop bailable. ¿Podría algún día ser también Natalia, la de Eurovisión?
"Nunca he intentado ir a Eurovisión, me da respeto y mucho miedo llegar al escenario y quedarme en blanco. Es para gente muy valiente, porque todo el mundo opina y hay que estar muy fuerte para aceptar determinadas cosas", explica la cantante gaditana, que defiende la reciente actuación de Edurne en ese concurso.
Lo cuenta en una charla con Efe en Madrid con motivo del lanzamiento de su más reciente sencillo, "Solo tú", una producción de Dabruk con violines arábigos y un toque flamenco, que ha sido autoeditada y compuesta por ella misma.
El primer tema que creó fue "Besa mi piel", primer sencillo de su álbum de debut, del mismo título y editado en 2002. "Eso me dio mucha confianza", dice Natalia (Sanlúcar de Barrameda, 1982), que ha firmado todos y cada uno de los temas que ha lanzado desde 2007.
En esa fecha publicó su último álbum, "Radikal", y a partir de entonces inició una nueva estrategia comercial, la de lanzar esporádicamente temas sueltos, normalmente a las puertas del verano, sin olvidar sus correspondientes videoclips, de cuyos detalles suele ocuparse también ella misma.
"¿Por qué sacar un álbum con 13 canciones si al final solo se promociona una?", se comenzó a preguntar la artista en un panorama en el que además, según esgrime, las ventas habían bajado muchísimo.
Así llegaron "Indómita", "Nunca digas no" o "Dame" con Sergio Contreras. Este año, además de "Solo tú", presentó "Ya lo sé". ¿Está pensando en cambiar nuevamente su enfoque comercial?
"He recibido tantas peticiones que igual ha llegado el momento de plantearse un recopilatorio con algún corte inédito", valora.
Frente a sus canciones previas, basadas en el empoderamiento femenino, cuenta que "Solo tú" es un tema "más picante", inspirado en "esos amores tóxicos" que sabes que no te convienen pero que te mantienen "enganchada", una "experiencia universal" que también ella vivió en el pasado, reconoce.
Aunque en su letra diga que "se acabaron los cuentos", asegura que a ella no le han contado muchos. "Nadie me contó que esto fuese a ser un mundo fácil, sino que dependía de mí y de mi trabajo", afirma.
En ese sentido, Natalia, que fue expulsada de Operación Triunfo relativamente pronto, puede decir que ha salido victoriosa, con casi tres lustros viviendo de la música.
"Sigo con la misma ilusión de entonces. Competía con compañeros muy potentes y salí de las primeras. Me sentía muy pequeña al compararme, no por edad, sino porque ellos llegaron a la final. Sabía que tenía que luchar, me lo propuse y aquí estoy", dice con orgullo.
¿Cuál ha sido el secreto de su supervivencia? "Tener muy claro cuál era mi sello. Si me decían la Britney Spears española, me daba igual. Ese era mi estilo y a día de hoy sigo fiel a lo mismo, pero evolucionando", responde.
"Aún soy incapaz de ver las galas, porque me pongo a llorar como en mi despedida", afirma la artista andaluza, que no reniega ni loca del programa que le dio su gran oportunidad profesional. "Lo que me molesta es que digan 'triunfito' de forma despectiva", añade.
Después de su experiencia como presentadora de televisión en espacios como "Grand Prix" junto a Bertín Osborne, la cantante no descarta volver a la pequeña pantalla si surge la oportunidad. "Me gustaría, lo echo de menos", reconoce.
De momento, lo que tiene son ofertas de actuaciones, empezando por la que realizará el 6 de junio en Cangas de Onís (Asturias) y la del 3 de julio en las fiestas del Orgullo Gay de Madrid.
"A mí el público gay me ha hecho sentir muy segura y especial. Me gusta que me inciten a crecerme en el escenario y a hacer cosas más salvajes, porque yo soy muy tímida y recatada", asegura, sin rubor, enfundada en unos minúsculos "shorts".