La Zona Naranja es historia. Dice adiós con matices. Desde su creación a su aplicación como en su despedida no podía sino seguir la estela de la polémica y la confrontación. Eso sí, en su eliminación ha contado con el apoyo mayoritario y unánime para su derogación salvo el Partido Popular, que se ha opuesto a ello.
Por encontrar ha unido en este Pleno extraordinario incluso al díscolo Carlos Coronado, que también, sorpresivamente, se unió al equipo de Gobierno y a Ciudadanos con su voto.
La Ordenanza Fiscal nº 40, reguladora de la Zona Naranja, lejos de aglutinar los argumentos y los razonamientos para hallar la postura en su eliminación, no ha servido para aclarar ciertos detalles que siguen en el aire y que no solventa ciertas dudas.
Como por ejemplo el coste que acarreará en la modificación que se deberá realizar en el Plan de Ajuste relativo para los próximos años sucesivos. La partida para 2015 sí tiene claro que costará su no aplicación 15.000 euros y que serán subsanados con un remanente relativo a Playas. "Sin que afecte a los servicios", aclaró Ángel González, portavoz socialista.
La sospecha de que será algo más de un millón de euros (la oposición dice que 1,2 millones) no ha terminado de encontrar la claridad en la justificación por parte del equipo de Gobierno. Antonio Fernández (IU) asegura que el coste progresivo en la cuantía viene dado en la intención que tenía el anterior Gobierno de ampliar la zona de pago y por tanto en la recaudación prevista para los próximos cursos.
Lo cierto es que la situación laboral de la plantilla de trabajadores de la Zona Naranja -que igualmente tampoco se clarifica cuantos hay, en qué estado contractual se encuentran y qué futuro tendrán estos con esta derogación- no ha sido ni cuantificado ni esclarecido.
Reunión con los colectivos
Los que sí se han expresado de manera abierta y meridiana han sido los representantes de la plataforma 'No a la Zona Naranja' que han estado presentes en el pleno celebrado esta mañana.
En representación de la misma ha tomado la palabra justo antes de comenzar la sesión Pedro Soto Caravante, quien ha expresado “la satisfacción de esta medida adoptada por el nuevo Gobierno ya que la tasa fiscal estaba siendo perjudicial para los intereses de los comerciantes de las zonas afectadas por la Zona Naranja. El pago de la tasa era innecesario e insostenible en estos tiempos de crisis”, apuntaba.
Tras la derogación, ahora toca dar forma y ajustar la nueva intención.
El próximo jueves día 2 de julio se celebrará a las cinco de la tarde en el Centro Cívico una reunión con los colectivos de parados de la ciudad a fin de aclarar en qué situación van a quedar ahora las distintas bolsas de aparcamientos cercanas a la línea de costa.
Es por ello que a la espera de la determinación que se adopte, lo cierto es que todo pasa por una regulación, tanto municipal como ministerial (el Plan de Ajuste está supeditado a las directrices del Ministerio de Hacienda) y a la contractual, por lo que se deberá cuantificar y valorar el coste que pudiera ocasionar los nuevos puestos de trabajo para una zona que se pretende sea voluntaria.