Esta iniciativa persigue convertir a los niños participantes en “pequeños científicos divulgadores de los conocimientos que atesoran”. Para ello, son los propios alumnos los que ponen en práctica multitud de proyectos, planificados y desarrollados durante meses.
Un esfuerzo preparatorio “enorme y voluntario” pero que, según los profesores, “merece la pena por lo que disfrutan”. Así, los estudiantes se convierten en los verdaderos protagonistas de las jornadas al explicar a sus compañeros los proyectos en los que han estado meses trabajando en clase.
Desde la organización del evento se subraya que “los menores disfrutan muchísimo pero además se les ofrece una perspectiva distinta del mundo de la ciencia, que normalmente tienen como algo abstracto. Sin embargo, al estudiar hechos cotidianos con trasfondo científico, su percepción cambia”. Esto lleva a que “alumnos que no son brillantes académicamente se impliquen de una manera muy positiva gracias a esta actividad”.
Entre los experimentos se encontraban ensayos físicos o químicos así como experiencias matemáticas o de biología. Así, los diferentes stands han acogido representaciones a escala de los planetas del sistema solar, reproducciones del ciclo del agua o células explicadas a través de los ingredientes de una pizza.
También había cabida para experimentos más llamativos y espectaculares como el lanzamiento de cohetes o las latas que vuelven a su punto de partida merced a la energía potencial acumulada.
En el transcurso de las jornadas participaron un total de 14 centros educativos de la ciudad, a los que hay que sumar la Escuela Politécnica, la Escuela Universitaria de Enfermería y la entidad conservacionista Circe. En total, unos mil jóvenes han participado en esta edición que ha rendido tributo al Año Internacional de la Astronomía.
La organización del encuentro ha vuelto a correr a cargo del Centro de Profesores del Campo de Gibraltar. Para ello, esta entidad ha configurado un grupo de profesoras responsables compuesto por Ana Villaescusa, Pilar Rodríguez, Ana Juárez y María del Carmen Fajardo.
Desde el grupo de profesoras se incidía en que “tenemos la misma ilusión, o más, que en el primer año que se celebró. Este es un proyecto consolidado, que cada edición crece más y en el que cada vez nos ponemos más retos. Cada año es más difícil superarse porque los experimentos planteados son mejores pero es toda una satisfacción”.
Por su parte, la concejal delegada de Medio Ambiente, Rosario Espejo, recalcó que “esta iniciativa nace del éxito que han tenido las anteriores ediciones, con Ana Villaescusa como alma mater”. Espejo se mostró “satisfecha” por “la espectacular asistencia que hemos registrado” a la par que resaltó que “a los muchos alumnos hay que sumar cientos de ciudadanos de la calle”.
Premios y patrocinadores
El IES Getares obtuvo el premio a la mejor experiencia presentada dentro del conjunto de proyectos puestos en marcha. Además del galardón, los menores recibieron una serie de regalos promocionales de la propia Universidad de Cádiz (UCA).
El vicerrector del campus Bahía de Algeciras, Francisco Trujillo, enfatizó el hecho de que “creíamos que la universidad debía implicarse en esta actividad, recompensando la experiencia más destacada en cuanto a carácter innovador y a la forma de aplicar la ciencia a experimentos que la gente de la calle pueda comprender”.
Entre los patrocinadores, Cepsa ha vuelto a confirmarse con uno de los mayores apoyos de esta actividad. Desde la organización se valora que sea “una de las partes que más aporta. De hecho, lleva desde el primer año apoyando a Diverciencia. Sin Cepsa, y Apymeal o la Delegación de Medio Ambiente, sería imposible llevarla a cabo”.