La cooperativa como forma de organización empresarial y de trabajo está creciendo en la comarca del Campo de Gibraltar y en el resto de la provincia.
Según datos facilitados a este diario por la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (Faecta), hay unas cuatrocientas cooperativas de trabajo en la provincia (750 si se cuentan las de vivienda, agrarias, consumo, y otros ámbitos). De estos cuatrocientos colectivos, Faecta calcula que puede haber en el Campo de Gibraltar unas 70 cooperativas de todos los sectores, siendo el sector servicios y el industrial de los más destacados.
¿Ha habido un repunte en estas cifras por las circunstancias actuales de crisis económica? La directora de Faecta en Cádiz, Tania Lara, contesta al respecto que los datos de los que disponen apuntan a una relación con la creación de estas iniciativas: “es verdad que con la falta de trabajo que hay, ha habido un repunte importante del emprendimiento, tanto individual como colectivo, porque la gente no ve otra salida a la crisis que emprender y esto tiene sus ventajas e inconvenientes”.
Dentro de este contexto, añade que algunos de los principales retos que tienen por delante las cooperativas son la internacionalización de las empresas y ganar en dimensión para poder competir.
“Y, por otro lado, como dificultad principal tenemos, para las cooperativas que trabajan con la administración, es la competencia que hacen las multinacionales y grandes empresas en servicios como la ayuda a domicilio, gestión de escuelas infantiles, etc”, señala. En este sentido, hace mención además sobre “la lentitud y las trabas administrativas que a veces se encuentran las empresas a la hora de poner en marcha una idea de negocio”.
En el grupo de las formaciones más veteranas está Confecciones Sajíes. Se encuentra formada por una veintena de mujeres y se radica en San Pablo de Buceite.
Se dedica a la confección textil desde el año 1983. Es una de las cooperativas socias de Faecta más antiguas.
Importantes marcas nacionales del sector textil y de otros ámbitos han contado con sus servicios.
Según mencionan en su página web, la nave industrial desde la que trabajan tiene un total de 500 metros cuadrados edificados, en los que se encuentra el taller, las oficinas, una sala de reunión, el almacén y la cocina.
Además, a principios de año llegaron incluso a abrir una bolsa de trabajo, de acuerdo a un aviso publicado en su blog en marzo.
Otro caso curioso es el de Vistamar. Es una cooperativa del sector de la construcción, de las pocas que han sobrevivido a la crisis, que se encuentra en Tarifa. Está integrada por tres socios.
Hay otras organizaciones de reciente creación que suponen proyectos muy llamativos desde el punto de vista de esta economía social y sus efectos en el entorno.
Guarderías
Mejorana es un caso de interés social creado por unas veinte mujeres también en San Pablo de Buceite. Tiene relación en su origen con la asociación El Despertar. Llevan la gestión de las escuelas infantiles de varios municipios del Campo de Gibraltar.
Las integrantes de El Avío también aportan al hilo de la pujanza en esta zona, ya que han constituido una cooperativa que presta el servicio de comedor a las guarderías gestionadas por Mejorana, así como a residencias, centros, etcétera.
Beneficios sociales
Según Faecta, el modelo de desarrollo local que se apoya en el cooperativismo “favorece el espíritu empresarial y repercute de manera directa en la creación de empleo estable que a su vez permite insertar en el mercado laboral a personas y colectivos en riesgo de exclusión social”.
Para esta federación se evitan así efectos económicos no deseados en momentos de incertidumbre, “puesto que las cooperativas tienen un fuerte arraigo local, evitan la despoblación y articulan medidas de cohesión social”.
Añaden en este sentido que los principios que rigen en las cooperativas impulsan un modelo socioeconómico basado en “el compromiso con la comunidad, la democracia en la gestión, la participación, el reparto de la riqueza y el control sobre las condiciones de trabajo por parte de las personas que trabajan en ellas”. Por parte de Faecta se destaca además que las cooperativas promueven un trabajo estable, incluso en épocas de situaciones de crisis. A este respecto, indican por parte de este colectivo que “las cooperativas no abogan por el despido, sino que apuestan por el mantenimiento de los puestos de trabajo a través de un empleo digno”.
Gicofa, la cruz
El contrapunto a las perspectivas de crecimiento de las cooperativas en la comarca lo pone una de las más veteranas, la farmacéutica Gicofa, con varias décadas a sus espaldas, que se encuentra en fase de liquidación tras haber entrado en concurso de acreedores.
De los más de cien trabajadores que había en la plantilla, sólo quedan dos, prácticamente para echar el cierre, según cuenta a El Faro Información uno de los socios farmacéuticos de esta empresa, Víctor Regueira.
Actualmente, hay interpuestas dos denuncias penales. Una de julio de 2014, de los socios contra la junta rectora.
La otra, una querella criminal de una parte de la junta rectora al presidente, y a ejecutivos de la empresa, fechada en febrero de este mismo año. Ante esta situación de quiebra, otras empresas del sector se están haciendo con parte de la tarta del mercado a la que surtía Gicofa, ya que tradicionalmente era un proveedor habitual de los establecimientos farmacéuticos de esta zona y de la provincia.
En el tramo final de esta decadencia, los trabajadores y sindicatos convocaron una serie de movilizaciones en Algeciras para pedir explicaciones sobre la contabilidad de la sociedad y exigir responsabilidad a los gestores de la misma. También se llegó a pedir, vía judicial, la celebración de una asamblea para que se aclararan estas peticiones.