La voz desgarrada y cargada de sentimiento de Vanesa Martín emocionó e hizo bailar hasta la saciedad a un público entregado desde que la cantante malagueña volvió a pisar las tablas del Teatro Villamarta cuando pasaban cinco minutos de las ocho y media de la noche del sábado. Había ganas. Las localidades estaban agotadas desde hace más de cuatro meses. Nadie quería perderse la cita con su “Crónica de un baile” y la compositora se hizo grande en un generoso concierto de dos horas en los que además de interpretar los temas de su último disco repasó éxitos de anteriores trabajos arropada siempre por las voces de sus fans. “Buenas noches Jerez. Qué ganas tenía de que llegara hoy. Qué de tiempo. Es un placer venir a Jerez y perderme en sus calles siempre es un gustazo”. Los aplausos ya la habían interrumpido. Tras abrir el concierto con Sintiéndonos y seguir con Frenar enero, la autora había dado solo unas pequeñas pinceladas ante un teatro abarrotado en el que no cabía ni un alfiler. El mismo al que puso en pie.
Avanzaba el reloj y nadie quería irse. Tras una hora de concierto en el que sonó la delicada Trampas, Tiempo de Espera o No me salves, llegaba uno de los momentos más íntimos con su incondicionales, comenzaba una parte acústica precedida de Durmiendo sola, uno de los temas con los que se dio a conocer con Agua, su primer disco, y que en cada repertorio cuida y mima dejando al descubierto su alma en un gesto que el público sabe agradecer, y en el que por unos momentos deja de lado al micro y a su maravillosa banda. No necesita más. Sólo su voz. Lo siguiente fueron las palmas por bulerías. “No se puede más”, le gritaban los espontáneos. “Y digo yo que está la noche pa quedarse”, replicaba con nostalgia por cerrar en Jerez su gira en Andalucía.
Su “poesía” dio mucho de sí y no solo por las letras, la conexión fue tal que por un momento tuvo que rendirse ante las evidencias contagiada por tanto arte. “Sois tremendos”, pero claro, ¿qué voy a esperar yo aquí?, no voy a esperar esto en Bilbao”. Llegó a decir entre risas, anticipándose un instante después consciente de que a ella se le quiera fuera y dentro de Andalucía. “Bueno cada uno tiene lo suyo. Ellos tienen sus robles”, decía con humor para salir del paso. Tocaba otro de los temas que suena especialmente bien en acústico, No te pude retener y Polvo de Mariposas, cuyo apoteósico final volvía a levantar a un coliseo que pisaba por tercera vez en su carrera y del que Vanesa se declaró admiradora “porque es un teatro que siempre me ha abrazado”. Llegaba la parte más movida con un popurrí y el teatro se volvió loco, haciendo caso a las indicaciones de su ídolo, que les invitó a levantarse de las butacas. La Vida, Déjame quererte y otro clásico, el primer single con el que se dio a conocer Aún no te has ido. Vanesa Martín estaba “en la gloria” y su gente también. Nadie quería que acabara y la compositora, a la que le cantaron el cumpleaños feliz por adelantado, regalaba su nueva canción: Nueve Días y decía adiós besando el suelo del Villamarta tras cantar Sin saber por qué.