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Obama promete el cierre del penal de Guantánamo

El presidente de EEUU, Barack Obama, insistió ayer en que cerrará el penal de la base naval de Guantánamo (Cuba), pese a que el Congreso le ha negado los fondos para hacerlo, y afirmó que podría mantener a algunos detenidos indefinidamente presos en suelo estadounidense.

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  • EL PRESIDENTE BARACK OBAMA, AYER DURANTE SU DISCURSO SOBRE SEGURIDAD. -
El presidente de EEUU, Barack Obama, insistió ayer en que cerrará el penal de la base naval de Guantánamo (Cuba), pese a que el Congreso le ha negado los fondos para hacerlo, y afirmó que podría mantener a algunos detenidos indefinidamente presos en suelo estadounidense. 

“La prisión de Guantánamo ha debilitado la seguridad nacional de Estados Unidos. Es una arenga para nuestros enemigos”, dijo Obama en un intento de refutar los argumentos de los republicanos para mantener la cárcel abierta.
“La cerraremos”, prometió el presidente en un discurso en los Archivos Nacionales, un edificio emblemático donde se preservan los documentos más importantes de Estados Unidos, incluida la Constitución. 

Inmediatamente después de su intervención, el ex vicepresidente Dick Cheney, que se ha convertido en la principal voz de la oposición, alertó de que “traer terroristas que son lo peor de lo peor a Estados Unidos sería un gran peligro y un motivo de arrepentimiento durante años”. 

Cheney, uno de los creadores hace siete años del penal de Guantánamo durante el anterior Gobierno estadounidense que presidió George W. Bush, habló en el Instituto Empresarial de Estados Unidos, un centro de estudios conservador. 

Las palabras de Cheney han tenido eco incluso entre las filas de los líderes demócratas en el Congreso de EEUU, que han negado al presidente los 80 millones de dólares que había pedido para cerrar la cárcel de Guantánamo hasta que explique claramente cómo pretende hacerlo. 

En su discurso, Obama respondió a esta inquietud al delinear su plan para desmantelar el penal, donde permanecen recluidos 240 hombres. 

El presidente de EEUU reveló que sopesa crear un sistema legal que permita el encarcelamiento “prolongado” de algunos detenidos para prevenir que ataquen a Estados Unidos en el futuro. 

Estaría destinado a personas que “no pueden ser juzgadas por delitos pasados, pero que representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos”, por haber declarado su apoyo al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, o recibido entrenamiento en campos terroristas. 

Obama prometió que si se decanta por esta opción habría un sistema de supervisión judicial y legislativa de las detenciones. 

Las organizaciones de derechos humanos rechazan esa posibilidad e insisten en que los detenidos de Guantánamo deben ser juzgados o puestos en libertad. 

En su discurso, Obama dijo que trasladará a algunos de ellos a prisiones de máxima seguridad en Estados Unidos y que serán juzgados, siempre que se pueda, en tribunales federales. 

Para apuntalar sus palabras, el Departamento de Justicia anunció ayer que trasladará a Ahmed Khalfan Ghailani a un tribunal federal de Nueva York para ser juzgado por su presunta participación en los atentados contra las embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenia en 1998. 

Se convertirá así en el primer detenido de Guantánamo que es procesado en un tribunal civil estadounidense.
Barack Obama también resucitó los tribunales antiterroristas creados en Guantánamo por el gobierno de George W. Bush, con algunos cambios en las normas que dan más derechos a los acusados. 

El mandatario estadounidense afirmó que puede asegurar hoy, “sin excepción ni equivocación” que su país “no tortura”, pero reiteró su oposición a que se investigue a los responsables del Gobierno anterior mediante una comisión independiente. 

Critica las políticas de George W. Bush

Barack Obama, afirmó ayer que EEUU se salió de la senda correcta en su lucha contra el terrorismo durante la presidencia de George W. Bush y afirmó que sus políticas en la materia no fueron efectivas y son insostenibles. 

“Las decisiones que se tomaron durante los últimos años se basaron en un enfoque legal improvisado para luchar contra el terrorismo que no era ni efectivo ni sostenible”, afirmó el inquilino de la Casa Blanca en un discurso sobre seguridad nacional. 

Indicó que tras los atentados del 11-S contra Washington y Nueva York, el Gobierno estadounidense tomó una serie de decisiones “apresuradas”.

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