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Punta Umbría

El legado poético de Antonio Vega emerge en un libro con sus letras

Las 27 letras más emblemáticas de Antonio Vega se han reunido en ¿Y si pongo una palabra?, un libro que terminó de imprimirse en los últimos días de vida del músico y cuyos textos están ?a la altura de los grandes poetas españoles de los últimos tiempos?, aseguró a Efe su editor, David Villanueva.

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Las 27 letras más emblemáticas de Antonio Vega se han reunido en ¿Y si pongo una palabra?, un libro que terminó de imprimirse en los últimos días de vida del músico y cuyos textos están “a la altura de los grandes poetas españoles de los últimos tiempos”, aseguró a Efe su editor, David Villanueva. 

“Un buen poema es siempre el mapa de un tesoro, la crónica de la aventura que sirvió para descubrirlo. Este libro es una buena noticia para los lectores de poesía”, afirma el escritor Benjamín Prado en el prólogo de esta antología, que ha sido publicada por la editorial Demipage. 

¿Y si pongo una palabra? recorre por orden cronológico los textos que Antonio Vega –fallecido el pasado día 12 a los 51 años– escribió para sus canciones, a través de una selección que comienza en El circo, del primer álbum de Nacha Pop (1980), y que concluye con Pueblos blancos, de su último disco en solitario, 300 noches con Marga (2005). 

Villanueva seleccionó para el libro los textos que consideró más representativos de las distintas etapas del autor, desde la primera, “más urbana y transgresora”, hasta la “más intimista” de sus trabajos como solista. 

¿Y si pongo una palabra? ha convertido en caligramas algunas de las letras de Antonio Vega. Antes de que salga el sol adquiere la inquietante forma de un murciélago y las estrofas de Luz de cruce componen dos faros de automóvil, en un juego visual en el que cada texto tiene su propio diseño. 

“Leyendo ahora las canciones de este libro, el tamaño de Antonio Vega como letrista aumenta, y para el lector habitual de poesía es sencillo ver el trabajo minucioso que hay detrás de muchos de sus textos”, destaca Benjamín Prado en el prólogo, escrito en marzo pasado. 

Villanueva explica que durante la elaboración del libro trató de olvidar que lo que tenía entre manos eran letras de canciones para trabajar con los textos como si fueran “poemas sueltos”. 

El objetivo era demostrar que los versos de Antonio Vega podían acercarse a los de Ángel González, José Hierro, el propio Benjamín Prado, Leonard Cohen, Rimbaud o Apollinaire.

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