Jerez

Las hermandades rechazan la cesión del edificio del Mamelón

El Ayuntamiento pretende darle uso de manera inmediata

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El pleno de hermanos mayores rechazó en la noche de este pasado martes la cesión por parte del Ayuntamiento del edificio del Mamelón que había sido propuesto para nueva sede de la Unión de Hermandades.

La revocación del acuerdo alcanzado con el anterior Gobierno local parecía cantada toda vez que en las últimas semanas se habían cambiado las condiciones iniciales del convenio, ya que entre otras cosas las cofradías debían asumir el coste de la reforma que precisa el edificio, valorada en alrededor de 20.000 euros.

Además, en la decisión del pleno de hermanos mayores pesó el interés del Ayuntamiento por volver a dar uso a este inmueble de manera inmediata.

De este modo, la Unión de Hermandades seguirá teniendo su sede en el edificio de la calle Curtidores cedido en su día por el Consistorio, si bien será necesario elaborar un nuevo convenio al haber expirado el anterior.

En cualquier caso, el Consejo va a seguir trabajando a medio y largo plazo para localizar un inmueble que de respuesta a sus necesidades, ya que se estima que la sede de la calle Curtidores se ha quedado pequeña.

El edificio del Mamelón fue ofrecido por el anterior Gobierno local precisamente para atender esta petición y favorecer de este modo el traslado desde Curtidores.

El inmueble quedó sin uso en el verano de 2014, una vez que la Delegación de Participación Ciudadana trasladó sus dependencias a Divina Pastora, a los locales que con anterioridad ocupaba Ajemsa.

El edificio del Mamelón tiene una superficie total de 526 metros cuadrados y una superficie construida de 1.192 metros cuadrados. Se trata de un edificio protegido del primer tramo del siglo XX, de ahí que resulte complejo ejecutar actuaciones que modifiquen su estructura.

No en vano, los propios trabajadores municipales habían advertido de la poca funcionalidad de un edificio que fue mandado construir por Felipe Morenés García Alessón, marqués de Borghetto y de Villarreal de Burriel, cuando a finales del siglo XIX contrajo matrimonio en segundas nupcias con Blanca Medina y Garvey, una de las propietarias de la bodega Garvey.

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