Una visita pausada y bien argumentada a la Catedral de Jaén deja clara la omnipresencia del arquitecto Andrés de Vandelvira en su obra cumbre, la seo jienense. La construcción posterior a su muerte, fuera ya del estilo y el periodo Renacentista, siguió los pasos marcados por el manchego, afincado en Jaén, en su proyecto de obra, algo que, a pesar de ser obvio, es necesario demostrarlo para el futuro reconocimiento de la Catedral de Jaén como Patrimonio Mundial.
El programa ‘Jaén Genuino. El pasado sí tiene futuro’ celebró el pasado sábado cuatro visitas guidas por el Jaén del arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira, recorriendo tanto la Catedral de Jaén y toda la obra que el mismo ejecutó, como la cripta de San Ildefonso, donde está enterrado, según su última voluntad testamental.
Los participantes conocieron a través de la Asociación de Guías Oficiales de la provincia de Jaén, no solo la historia de este arquitecto universal, sino las peculiaridades de su vida. Se desconoce a ciencia cierta cómo adquirió Valdelvira el conocimiento de los maestros constructores para pasar de maestro cantero a arquitecto, si bien, se sospecha que pudo ser de su suegro, Francisco de Luna, también maestro constructor. Sin embargo, fue a través del que fuera secretario de Carlos I y V de Alemania, Francisco de los Cobos y Molina, de quien consiguiera las principales obras realizadas en la provincia de Jaén, que culminó en la Catedral de Jaén. La visita satisfizo la curiosidad de quienes la realizaron y arrojó un poco de luz sobre el maestro constructor Andrés de Vandelvira, dentro del programa ‘Jaén Genuino’, que está patrocinado por la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Jaén, la Caja Rural, la Universidad de Jaén y en el que colabora Gráficas La Paz y en esta ocasión la parroquia de San Ildefonso y el Cabildo Catedralicio.
