Bella, bella. La comparsa de Germán acude con dulzura. Recuerdo al aficionado y al “Patronato heredero de Teófila”. La “vergüenza” de las entradas guardadas que han tardado en bajar el recorte protocolario. Bien cantada, una comparsa que nunca defrauda.
No pierde la esencia como que no pierde “las ganas de vivir” de estos batalladores. Unos refugiados que encuentran el acomodo entre cuarteta y cuarteta en cada rincón del Falla. No se rinden y atacan a base de coplas que amoldan a un tipo guerrero pero igualmente tierno y prometedor.