El imaginario edil sin escaño

Juan Miguel Gutiérrez no es un político al uso.  Y tampoco un político profesional. Es un ciudadano que, desde hace tiempo, decidió irrumpir en el escenario de la política local de la manera más extravagante posible. En la campaña electoral de las pasadas Elecciones Municipales, entonces como candidato del PA a la Alcaldía, era fácil verlo disfrazado de guerrillero de albañil o de sanitario para llamar la atención del Ayuntamiento o la Junta de Andalucía en proyectos no ejecutados. Ahora, como impulsor  de la nueva formación Andaluces por Jaen Unidos (que obtuvo casi 800 votos en las pasadas Elecciones Generales) Gutiérrez ha ideado otra iniciativa no menos excéntrica: El concejal número 28. Con ella, quiere erigirse en portavoz de los vecinos y los barrios ante el Consistorio.
“La gente tiene que ver con sus propios ojos que hay otra forma de hacer política, una forma mucho más cercana”, indica Juan Miguel Gutiérrez, que desempeña su actividad política cuando sale de su trabajo como empleado en un supermercado de la capital. De hecho, ayer mismo, nada más acabar su turno matinal se dirigió hasta el colegio San José de Calasanz, en el Polígono de El Valle, para dejar constancia de la queja de los padres y madres que piden la presencia de agentes de la Policía Local en las horas de salida del centro.
Las redes sociales son el gran aliado de Gutiérrez. Desde Twitter o Facebook (donde ya tiene más de 400 seguidores) quiere atraer las demandas vecinales de  los distintos barrios de la ciudad. Asegura que cada día recibe en torno a una decena de quejas vecinales. ¿Y qué hace con ellas luego? “La misión del concejal 28 es recoger esas denuncias, personarnos allí y  presentarlas en el Registro del Ayuntamiento”, indica este político sui géneris.
El concejal número 28 se presenta enmascarado allá dónde va.  “El concejal 28 no tiene cara, su máscara es la cara de cualquier ciudadano de Jaén, es un personaje anónimo, es una imagen del ciudadano de Jaén”, sostiene Gutiérrez.
De alguna manera, Gutiérrez quiere poner de manifiesto con esta pintoresca iniciativa lo que él llama inactividad de buena parte de los 27 concejales que forman la Corporación jienense. “Cuando logran su escaño se olvidan de los ciudadanos y no se les ve por la ciudad”, indica a modo de crítica. Eso sí, es consciente de que si él no  tiene uno de esos escaños es por los fracasos electorales que han tenido los partidos donde ha militado. “Quizá no me han acompañado las siglas de esos partidos”, explica, para garantizar, no obstante, que seguirá siendo inasequible al desaliento.