Con la llegada este miércoles a Gibraltar de un nuevo submarino de propulsión nuclear, el HMS Ambush, perteneciente a la Royal Navy, ya son más de setenta los ‘sumergibles’ militares que han recalado por diversos motivos en la base naval del Peñón, según los datos recabados por Verdemar-Ecologistas en Acción desde el año 2.000, en la que se produjo la escala del recordado ‘Tireless’.
Esta maniobra del HMS Ambush, el segundo submarino nuclear que llega a las costas de la Bahía de Algeciras en el presente año, ha vuelto a provocar reacciones en contra de grupos ecologistas de la zona, como la de los propios integrantes de Verdemar.
No es la primera vez del ‘Ambush’, ya que estuvo en la base naval gibraltareña a mediados del año pasado. En total, en 2015, “visitaron” el puerto del Peñón un total de cinco de estos elementos subacuáticos militares. En el 2014, la cifra fue mayor, con un total de ocho, siempre de acuerdo con los datos registrados por la asociación ecologista. Ya en 2013, fueron seis los sumergibles contabilizados.
“Bomba flotante”
Antonio Muñoz, representante de la asociación ecologista, alertó el miércoles de la llegada del HMS Ambush y los posibles riesgos derivados de su presencia.
Muñoz apostilló que, a su juicio, se trata de una “bomba flotante” que puede afectar tanto a un lado como a otro de la Verja.
El ecologista hizo referencia también a las recientes reuniones de políticos españoles con el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, en relación a las visitas al Peñón del diputado socialista Salvador de la Encina y el alcalde linense Juan Franco.
“Espero que hayan protestado por que submarinos nucleares lleguen al Gibraltar”, manifestó. En cuanto al HMS Ambush, Muñoz recordó que ya estuvo en la base naval gibraltareña en mayo del pasado año.“Ya se acerca al centenar el número de submarinos llegados desde el 2001”, cifró Muñoz.
“Estaría encantado de hacer una campaña en contra de los submarinos nucleares en cooperación con los ecologistas gibraltareños y del resto de la comarca”, aseguró a este diario. Entre las incidencias anotadas en la documentación elaborada por Muñoz, llaman la atención episodios como los ocurridos en 2002, en los que se hace referencia a pérdida de una pieza radiactiva en el fondeadero de Gibraltar, o el choque, al emerger, de un submarino con un buque cisterna de bandera noruega.