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Segundo aviso para los socialistas tras lo de Galicia

El PP se ha reencontrado con la sensación que se experimenta al ganar unas elecciones de ámbito nacional y Mariano Rajoy ha hallado en la victoria argumentos para su liderazgo interno, para su tesis de cambio de ciclo y para mostrar en la calle Génova un rostro bien distinto al de marzo de 2008.

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El PP se ha reencontrado con la sensación que se experimenta al ganar unas elecciones de ámbito nacional y Mariano Rajoy ha hallado en la victoria argumentos para su liderazgo interno, para su tesis de cambio de ciclo y para mostrar en la calle Génova un rostro bien distinto al de marzo del año pasado.

El lacónico adiós con el que se despidió la noche de las últimas elecciones generales desde el balcón de la sede nacional del PP y que hizo presagiar a muchos su abandono de la presidencia del partido, se ha transformado ahora en un mensaje de esperanza a los suyos para lograr acceder al Palacio de la Moncloa.

Los 23 eurodiputados logrados frente a los 21 del PSOE son vistos por Rajoy como una suerte de ariete para ese objetivo.

Se trata de un segundo aviso para los socialistas después de que el pasado 1 de marzo Alberto Núñez Feijóo arrebatara a Emilio Pérez Touriño la presidencia de la Xunta.

La interpretación es bien distinta en Ferraz. Se reconoce la derrota y se felicita al vencedor, pero se hace hincapié en que no ha habido la debacle que algunos presagiaban y en que no se pueden extrapolar resultados por la diferente participación que habría en unos comicios generales.

Y lo más importante para los socialistas: se ha mantenido un gran apoyo en un momento de gran dificultad a causa de la crisis económica.

Con los resultados en la mano, no parece que haya motivos para la convocatoria de unas elecciones anticipadas ni que Rajoy vaya a caer en la tentación de presentar una moción de censura a José Luis Rodríguez Zapatero cuando está convencido de que no tendría los apoyos necesarios para que prosperara.

Pero, a la espera de la evolución de la crisis, sí, puede endurecer más su labor de oposición y seguir incomodando a la espera de un hecho clave para la estabilidad del Gobierno como la aprobación o no del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año.

Zapatero tendrá que buscar apoyos para ello y, con esa meta, no faltará el cortejo a partidos de izquierda como IU, que, aunque desgastada, ha visto revalidados sus dos eurodiputados y su condición de tercera fuerza política nacional.

Pero siente ya el aliento de UPyD, el partido de Rosa Díez y que en su primera cita europea ha logrado casi medio millón de votos y un escaño en la Eurocámara.

De los tres restantes que completan los cincuenta que se elegían ayer, dos corresponden a la Coalición por Europa y uno para Europa de los Pueblos-Verdes, mientras que la polémica candidatura de Iniciativa Internacionalista, con más de 175.000 votos, no ha conseguido los suficientes para obtener representación.

La victoria del PP ha seguido el guión escrito en la mayoría de los países europeos, cuyos ciudadanos también se han escorado hacia la derecha a la hora de elegir a sus eurodiputados.

A punto de que se cumpla un año del Congreso del PP celebrado en Valencia y en el que Rajoy fue ratificado, el líder del principal partido de la oposición ha vivido otra ratificación personal y política al obtener la primera victoria de carácter nacional sobre el PSOE desde el año 2000.

Los socialistas lo ven como un aviso, el segundo, pero en la victoria de Rajoy también aseguran tener un especial motivo de esperanza. Siguen pensando que la permanencia del actual líder del PP es lo mejor que le puede pasar al PSOE ante las próximas elecciones generales.

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