“La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral”. Esta cita de José Vasconcelos viene muy bien traída en estos tiempos que vivimos, en concreto, en España. La verdad es que si echamos un vistazo a la Historia, el mundo de la Cultura siempre fue molesto para el Poder.
No es que escritores, músicos, pintores y demás gremios artísticos signifiquen un peligro físicamente, son sus obras las que sí pueden representar una auténtica amenaza. Un poema, una canción, una pintura…, pueden causar a veces mucho más daño que una bala. Quizá por eso mataron a Federico o dejaron morir a Miguel Hernández en una sucia cárcel, o persiguieron a todo artista que con su obra, hiciera pensar al Pueblo. Porque el Poder no quiere que los ciudadanos piensen demasiado, por eso, el Capitalismo trata de ‘lobotomizarnos’, por ejemplo, con su basura mediática. Es mejor mantener a la gente entretenida con bazofia sin ningún contenido cultural. Nos quieren distraídos ante los problemas reales, así nos hacen indiferentes a los verdaderos problemas. Si hay algo que la derecha ha conseguido en este país, es introducir entre la clase obrera el mal del individualismo. Las personas, individualmente no consiguen nada, es el colectivo, la unidad, la que hace que avancemos y progresemos. Estaban ganando esa la batalla hasta que la avaricia rompió el saco capitalista y nos cayó encima esta crisis, que no es crisis, sino estafa -nunca me cansaré de repetirlo-. El divide y vencerás les ha estado funcionando hasta ahora, pero de repente se les ha caído la máscara y le estamos viendo el auténtico rostro a la bestia, y esa bestia es el mismísimo Capital, sustentado por banqueros usureros, políticos corruptos, empresarios deshonestos y toda una colección de ladrones y mafiosos que durante muchos años nos han estado estafando y, por lo visto, quieren seguir haciéndolo. Cada vez salen más chorizos del armario.
Para alivio de nuestro sentido común y nuestra conciencia, parece que una parte de los españolitos se están dando cuenta, aunque sea muy poco a poco, de que este sistema que nos vendieron como la panacea no es viable, porque está basado en la injusticia e inmoralidad, como todo sistema depredador.
Apaguen la tele y enciendan un libro. Tan sólo con la diáfana luz que irradia del libro, será disipada la densa oscuridad de la noche de la ignorancia.