La representante adjunta de la ONU en el Congo, Leila Zerrougui, calificó de “muy preocupante” la situación humanitaria en el este del país, en una visita a la zona, donde organizaciones humanitarias ampliaron ayer su actuación, pero no pueden llegar a todas las áreas controladas por rebeldes.
Zerrougui llegó a Goma, capital de la provincia oriental de Kivu Norte, gran parte de cuyo territorio fue ocupado en las últimas semanas por los rebeldes tutsis del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) y donde más de 250.000 personas se han visto desplazadas de sus hogares desde agosto pasado.
El portavoz militar de la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (Monuc), teniente coronel Jean-Paul Dietrich, dijo a Efe que Zerrougui mantuvo reuniones con las autoridades locales congoleñas y el personal de Naciones Unidas, además de visitar la localidad de Kiwanja, controlada por los rebeldes.
Kiwanja, en las proximidades de Rutshuru, a unos 90 kilómetros al norte de Goma, fue escenario la semana pasada de combates entre milicias locales mai-mai, partidarias del Gobierno de Kinshasa, y guerrilleros tutsis congoleños, y se produjo una matanza de civiles de la que los habitantes responsabilizaron a ambas partes.
Casi toda la población de la localidad huyó hacia Rutshuru o se refugió en los alrededores de la base que la Monuc tiene en el pueblo, aunque no recibieron protección de los “cascos azules”, que ayer reforzaron sus patrullas para permitirles regresar a sus casas.