La esposa de José Eugenio Alcarazo, para quien la Fiscalía de Sevilla solicita 20 años de cárcel por el asesinato a cuchilladas el día 16 de julio de 2015 del vicario parroquial de San Isidoro, Antonio Carlos Martínez Pérez, ha declarado este martes que el acusado le confesó el crimen mediante un archivo de audio por Whatsapp donde le decía 'cógelo (el teléfono) que te interesa, tu tío se está desangrando eh'.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, en su declaración como testigo durante la segunda sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, la mujer del procesado y sobrina de la víctima ha relatado asimismo que el encartado le ha remitido hasta dos cartas desde la cárcel donde está interno, en una de las cuales "me dice que lo mató y que no puede quitarse de la cabeza la imagen de mi tío".
"No me lo decía con ningún tipo de arrepentimiento", ha aseverado la sobrina del vicario --con el que llevaba dos años sin hablar--, quien ha añadido que, cuando llamó al fallecido para comunicarle que se iba a casar con el procesado, el primero le dijo que "no le gustaba José Eugenio" porque "era un maltratador", e incluso ha desvelado que el sacerdote interpuso una denuncia anónima contra el procesado "por los malos tratos a mis hijos".
Asimismo, la testigo ha asegurado que, en presencia suya y de familiares, el imputado llegó a decir "lo voy a rajar --al vicario-- porque tiene la culpa de todo", mientras que delante de otra persona afirmó que "como me salga malamente el matrimonio, al primero que me cargo es al cura".
La testigo ha esgrimido que las relaciones entre sus hijos y el imputado "hubo un momento en que eran muy malas" y ha agregado que, en el momento en que José Eugenio le instó a buscarle un piso a sus hijos para que se fueran de casa, "dejé de tener ningún tipo de sentimiento hacia él", y "esa era mi relación con él en el momento de los hechos".
"Le dije que mis hijos no se iban a ir y que a partir de ahí buscáramos una solución", ha narrado la testigo. "He amado cada milímetro de ese cuerpo que está ahí --en relación al acusado--, he amado a esa persona con toda mi vida", ha subrayado visiblemente emocionada.
Ha declarado que, días antes de ocurrir el crimen, el acusado le mandó un vídeo por Whatsapp en el que aparece "tomándose a puñados pastillas" de Viagra y "diciendo 'esto lo hago por ti, porque te quiero'", por todo lo cual pidió a sus hijos que llamaran al 112, tras lo que el imputado fue ingresado en el Hospital de San Juan de Dios de Bormujos a consecuencia de este "presunto intento de suicidio".
EL CRIMEN
En relación al día de los hechos, ha relatado que sobre las 16,00 horas salió de su casa en compañía de su hija para acudir a rehabilitación tras haber sido operada de un hombro y se encontró en la calle con el encausado, a quien preguntó si le habían dado ya el alta médica. "Me dijo que no, que se había escapado y que lo único que quería es una oportunidad", ha afirmado.
"Le dije que vale, vamos a tener otra oportunidad. Vete a Getafe, te reconcilias con tu madre y a partir de ahí hablamos", ha manifestado la sobrina del vicario, que ha agregado que el acusado entendió que no le iba a dar otra oportunidad, por lo que le besó y se fue, tras lo que posteriormente le mandó un mensaje en el que "decía que se iba a matar".
"Como no me quería sentir responsable de la muerte de nadie, llamé al hospital, a la Guardia Civil y al 091", ha dicho la mujer del acusado, quien ha agregado que, ya por la tarde, el acusado la llamó en varios ocasiones por teléfono, y como veía que ella no respondía a la llamada, le mandó un audio por Whatsapp en el que le decía le decía 'cógelo que te interesa, tu tío se está desangrando eh'.
"MIENTRAS LO DETENÍAN ME LLAMÓ"
Seguidamente, y según ha indicado, "mandé a mis hijos a casa de mi tío Luis, no pensé en mi tío Carlos" y también "llamé" al acusado "y le pregunté qué tío era". "Me respondió 'qué tío va a ser, el cura, lo tenía que haber matado hace dos años, que sepas que de esta voy a la cárcel'", ha manifestado.
A continuación, ha narrado que llamó a la Policía, que "me dijo que no me moviera de casa", y seguidamente "me llamó mi hijo para decirme que la víctima no era el tío Luis y que estaban deteniendo" al acusado "en la esquina de casa". "Mientras lo detenían me llamó para que escuchara cómo lo detenían", ha concluido la mujer del acusado.
La Fiscalía pide para el acusado 20 años de prisión por un delito de asesinato con la atenuante de enajenación mental, mientras que la acusación particular que ejerce la abogada Inmaculada Torres en nombre de un hermano y los sobrinos del fallecido solicita para el imputado la prisión permanente revisable, lo que se produce en Sevilla por primera vez desde su introducción en el Código Penal.