Avanza inexorablemente noviembre, iniciado como mandan las costumbres con el Día de Todos los Santos y con la memoria perpetua de nuestros fieles difuntos. En muchos lugares, a este mes otoñal le da sentido el recuerdo de aquellos que ya se fueron de este mundo, algo que bien saben los arcenses, que por miles se han contado estos días en el cementerio municipal de San Miguel.
Algunas imágenes de nuestra cultura actual son caricaturas tenebrosas de esta experiencia humana que nos desconcierta, cual es la muerte. En el horizonte se nos impone una reflexión mayor, más profunda: ¿Cuál es el final que nos espera?
Con independencia de la reflexión que podamos hacer o haber hecho estos días donde la muerte, y también la vida, están más presentes que nunca, la sociedad ha vuelto a rendirse a los pies de los idos.
Los ramos de flores vendidos por doquier dan muestra de cómo la gente honra a sus difuntos, fundamentalmente personas mayores y en los cementerios, porque para una parte de la sociedad, eso de la incineración no deja lugar físico para honrar a nuestros muertos, que más de uno opinaría, pero, ya se sabe, hasta con la eternidad hay discusión. Margaritas, rosas, claves, crisantemos..., todas las flores valen, incluso sin mirar el preciso porque “ellos todo se lo merecen”, explicaba un florista de la firma Flowering.
Pero qué familia con sus seres queridos en el camposanto no se ha esmerado estos días en blanquear, limpiar y decorar el nicho, en hacer una pequeña visita y tener, por un instante, un recuerdo emocionado.
El Ayuntamiento, partiendo de la importancia social que revisten estos días, se ha afanado en la habilitación de una explanada a modo de aparcamiento; un detalle que bien han valorado los usuarios que difícilmente encontraban un plaza para dejar el vehículo. Igualmente, las escalinatas que parten de la calle contigua Puerto Real también están ya operativas después de su terminación. No obstante, fue precisa la presencia de una patrulla de la Policía Local para velar por la seguridad y la circulación. de vehículos.
Una de las imágenes que nos dejó el festivo uno de noviembre fue una entrada del cementerio plagada de puestos, de flores y frutos secos, amén de las personas que en pleno otoño hicieron el agosto vendieron lotería y cupones.
Memoria Histórica
Justo a la entrada del camposanto, también llamó la atención el stand instalado por la Asociación de la Memoria Histórica de Arcos, cuyo presidente, Antonio Ortega, explicaba que el objetivo no era solo visibilizar al colectivo, sino despertar conciencia sobre la desaparición de 90 arcenses durante el período bélico español; vecinos sin tumba ni lugar para ser honrados.
La asociación continúa informándose y recopilando material sobre los casos de desaparición, pero sobre todo está muy expectante con el acuerdo alcanzado recientemente con las instituciones públicas que permitirá la realización de excavaciones y otras acciones para la recuperación de la memoria histórica. La idea es hacer una serie de catas y pruebas en el propio cementerio que ayuden a dar con el paradero de personas supuestamente fusiladas.
Acto del PSOE
A las doce del mediodía, el PSOE arcense llevó a cabo su tradicional ofrenda floral a los pies de la lápida donde figuran los nombres, apellidos y apodos de los arcenses asesinados antes y durante la Guerra Civil; acto celebrado en presencia de familiares y militantes, y que contó incluso con música de capilla por parte de un cuarteto.
El secretario General del PSOE, y alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, leyó un breve discurso cuyo propósito no fue otro que el de recordar a las víctimas del fratricidio, porque aunque no tuvieran un lugar físico donde descansar, sí que gozan del cariño y respeto de los que dejaron en vida. Se le sumaron numerosos familiares de personas represaliadas, compañeros del partido y miembros del equipo de Gobierno.