No hay dos sin tres. La tercera sesión de clasificatorias, sin ser perfecta, empezó a mostrar los mejores argumentos de lo que debe encaminarse el Concurso.
Tras la exigua sesión del lunes, las ganas de continuar con una sesión más extensa, deparó un repertorio cuanto menos interesante y con un ambiente que no decayó a lo largo de la media docena de agrupaciones que pasaron por las tablas del templo gaditano.
Para abrir boca, el coro de Paco Mora cumplió con éxito las dos décadas que lleva acudiendo al Falla con un coro gaditano 100%. Tipismo y clasicismo desborda en cada manera. Un vapor bien diferente que navega entre la añoranza por el Vaporcito de El Puerto y, que un tipo conseguido, arranca los primeros aplausos de un público predispuesto a disfrutar.
Sorprende por su atrevimiento y frescura. Sin edulcorantes se marcan un concierto muy cuqui y fashion.
La novedad de que cierre la sesión la cabeza de serie sirvió para que la comparsa esperada de la noche, la de los hermanos Mateos, respondiera a la expectación y a la apuesta por ser una de las agrupaciones con más “cabeza”, con un tipo original como es el de neuronas.