El Banco de Alimentos de Sevilla, sin alejarse de su función básica de recogida de alimentos para personas en riesgo de pobreza y exclusión, ha implantado una nueva línea de trabajo dedicada a la formación de personas que se encuentran en desempleo o en riesgo de exclusión social. “Se trata de ser un poco más intervencionista, el objetivo es que las personas tengan los recursos personales necesarios para que no tengan que requerir de los alimentos sino que puedan ser autónomos”, indica María Ángeles García, formadora de este proyecto.
El programa se desarrollará lunes y martes en el Banco de Alimentos y, de aquí a diciembre, formará como auxiliares de almacén a un total de 80 personas. Para ello ofrecerán una formación teórica de todos los ámbitos -como son almacenaje, preparación o manipulación, entre otros- que irá acompañada de su correspondiente práctica. “Es muy interesante porque nada más explicar una cosa, por ejemplo cómo se interpreta un albarán o cómo funciona una carretilla elevadora, bajamos con los alumnos al almacén para que lo practiquen”, explica García.
Así, una vez cursada la teoría tendrán la oportunidad de realizar prácticas en entornos reales, no solo en el Banco de Alimentos, sino también en empresas colaboradoras. Y es precisamente esta doble parte práctica la que más atrae a estas personas pues, como explica Ana Sánchez, trabajadora social del proyecto, “su principal ilusión es que no es solo una formación sino que, además del aprendizaje, tienen consecuencias prácticas, de forma que cuando les llegue la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo o a un puesto en una empresa saben que sabrán defenderse”.
Y es que, como expone Sánchez, gran parte de estas personas tienen una precariedad laboral y una escasez de cualificación tan importantes que, de cara al mercado laboral, no consiguen acceder a muchos puestos de trabajo. Por ello, además de la formación teórico-práctica, trabajarán con ellos habilidades sociales personales a través de talleres colectivos y sesiones individuales en las que tratarán distintos aspectos como la frustración o la paciencia, para que puedan superar una entrevista o mantenerse después en el puesto de trabajo.
Ayudarán a un total de 80 personas
El proyecto, dividido en dos cursos, está financiado por el Ministerio de Asuntos Sociales, la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y la Obra Social La Caixa. Tal y como explican Sánchez y García, accederán a este programa personas que se encuentran en situaciones de desempleo o riesgo de exclusión social y son beneficiarias del Banco de Alimento o que, por ajustarse a este perfil, han sido derivadas por entidades sociales colaboradoras o beneficiarias del banco.
Los grupos serán de 10 personas y, tras el curso, se les darán nociones claves sobre orientación laboral y se les ayudará a elaborar o mejorar sus currículos.