Joaquín Rodríguez Grau, la persona elegida desde 2009 por la agencia pública Idea para ir acaparando toda la representatividad de la Junta en el sector aeronáutico, está más cuestionado que nunca al frente de sus responsabilidades. El que es consejero delegado del parque tecnológico Aerópolis de Sevilla, presidente del clúster Fundación Hélice y director general del centro de I+D público Catec (ubicado en Aerópolis) ha sido vetado por el sector para acudir a la que ha sido la mayor misión comercial en aeronáutica en la última década: la organizada por Extenda a Canadá y EEUU.
Fuentes de la consejería de Economía, de la que depende Extenda, negaron ayer la existencia de veto alguno, pero lo cierto es que Grau no estuvo la semana pasada al otro lado del charco en esta misión clave que visitó las sedes de Boeing y la canadiense Bombardier. Estas fuentes señalaron que Extenda únicamente recibe las peticiones de empresas que quieren acudir a la misión y las gestiona para organizarla.
Desde Economía remitieron a Hélice (pese a que Grau ocupa otros dos cargos públicos). Y desde esta fundación se explicó que es el director de Hélice, Arturo de Vicente, quien suele acudir a las misiones y ferias del sector (como la última a EEUU hace dos años, de menor entidad) y que Grau no podía pasar diez días fuera de España pese a su responsabilidad precisamente en el sector y a la relevancia histórica de esta misión. De hecho, el consejero de Economía, Antonio Ramírez, sí pudo viajar a la primera parte, la de Canadá.
Numerosas empresas vienen expresando a Idea, dependiente de la consejería de Empleo y que es quien ha colocado a Grau en sus tres responsabilidades, su malestar y críticas por la mala gestión y la nula experiencia previa de este directivo en el sector aeronáutico cuando en 2009 -y procedente de la antigua empresa pública de suelo Epsa- aterrizó por sorpresa al mando de Aerópolis. Desde entonces, este ingeniero de Montes ha ido acaparando los cargos de presidente de Hélice (cargo que nombra la Junta en esta fundación público-privada que acumula fuertes pérdidas y de la que ha salido Airbus) y director general de Catec tras el fallecimiento del anterior, Juan Pedro Vela, en 2014.
Vela, fichado en la etapa de Francisco Vallejo como consejero de Innovación, cobraba 150.000 euros brutos al año tras haber trabajado tres décadas en el sector y para atraerlo desde su entonces trabajo en País Vasco. Rodríguez Grau heredó ese sueldo, así como el coche oficial y el contrato blindado de Vela con una importante indemnización, pese a esa nula experiencia previa y a que no fue fichado. En la práctica triplicó su salario previo, de unos 50.000 euros en Aerópolis.
Marido de exalto cargo
Empleo, que dirige José Sánchez Maldonado, es conocedor de este fuerte malestar. Descontento y hastío que, sumado a la nula voluntad de la Junta para cambiar las cosas, ha alimentado el deseo del sector de crear una asociación privada independiente de Hélice y de Catec para no depender de que Empleo elija a quién representa al sector aeronáutico en Andalucía por encima de la voluntad de las empresas. También se critica que, desde que Grau está al frente de Catec, este centro ha empezado a competir en actividades que ya ofrecen algunas de las empresas privadas andaluzas, lo que ha encendido aún más los ánimos.
Igualmente, las fuentes empresariales consultadas apuntan a la delicada situación financiera que Aerópolis ante la falta de captación de subvenciones europeas desde la llegada de Grau, que despidió a su antecesor en el parque José Luis Zabala y a otros técnicos expertos.
Rodríguez Grau está casado con Pilar Rodríguez, exsecretaria general de Telecomunicaciones y exmiembro del consejo rector de Idea. Hoy trabaja precisamente en una empresa aeronáutica pese a no poseer tampoco experiencia previa en el sector, en la pyme Skylife Engineering, ubicada en Aerópolis y dedicada a aviónica y electrónica.