El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) ganó este domingo el Gran Premio de China, el segundo del Mundial de Fórmula Uno, disputado en el circuito de Shanghái, donde relegó al segundo puesto al alemán Sebastian Vettel (Ferrari), con el que ahora comparte el liderato del certamen.
Hamilton, de 32 años, triple campeón mundial y que había sido segundo en la carrera inaugural, en Melburne (Australia), por detrás de Vettel (29), invirtió puestos con el alemán, tras lanzar un duro contraataque en una carrera en la que el holandés Max Verstappen (Red Bull) protagonizó la remontada, al acabar tercero, y que el astro inglés resolvió con un 'Grand Slam' al ganar desde la 'pole', liderando de principio a fin y marcando la vuelta rápida.
El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage, que había mejorado en la pista china el récord de vuelta, vigente trece años y hasta el sábado en poder del alemán Michael Schumacher -el 'hombre récord' de la F1, convaleciente aún del accidente de esquí que sufrió hace más de tres años en Meribel (Francia)-, firmó este domingo su quincuagésima cuarta victoria en la categoría reina. Mejorando su propia segunda mejor marca histórica, muy alejada aún de la plusmarca absoluta del 'Kaiser', victorioso en 91 ocasiones.
Eso, un día después de lograr su sexta 'pole' seguida, la segunda del año y la número 63 de su carrera, a sólo dos de las que logró el mítico Ayrton Senna -fallecido en accidente en 1994, tras ganar tres Mundiales para Brasil- y a cinco del récord de Schumacher.
Hamilton, que a regañadientes tuvo que ceder el título el año pasado a su compañero y rival alemán Nico Rosberg -que anunció su retirada cinco días después de emular a su padre, Keke, ganador de la corona para Finlandia y Williams en 1982- no va a dejar escapar la oportunidad de hacerse con un cuarto Mundial, después de los que se anotó en 2008, con McLaren; y en 2014 y 2015, con Mercedes.
Así que, desde que el semáforo se puso en verde, el inglés aceleró hasta la victoria y ganó casi sin despeinarse, ajeno a lo sucedido por detrás. Que no fue poco. Especialmente en las primeras vueltas, marcadas por el primer 'safety car' virtual -tras la salida de pista y posterior retirada del canadiense Lance Stroll (Williams)- y por el coche de seguridad "verdadero", que apareció tras el accidente del italiano Antonio Giovinazzi en el cuarto giro.
Giovanizzi, que ya había sustituido en Sauber en Australia al alemán Pascal Wehrlein, recuperándose de problemas de espalda, ya había protagonizado un accidente al final de la Q1 el sábado, al perder el control de su coche tras la última curva, en recta de meta. Este domingo repitió acción en idéntico punto y alteró el arranque de una carrera que todos, salvo el español Carlos Sainz (Toro Rosso) -séptimo al final, que lo hizo con superblandos-, afrontaron con neumáticos intermedios.
Vettel entró en boxes a las primeras de cambio. Y Ferrari, que se postuló para luchar por el título, dobló estrategias: el alemán pasó a 'slicks' y el finés Kimi Raikkonen -quinto en Shanghái, por delante de su compatriota Valtteri Bottas (Mercedes) y detrás del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull)- mantuvo los intermedios.
Bottas arruinó su carrera calentando neumático detrás del 'safety' y Hamilton aceleró hacia la victoria, por delante de los dos Red Bull de Verstappen y Ricciardo; y de Kimi, que ralentizó el ritmo de su compañero hasta que Vettel lo superó en el vigésimo de los 56 giros que se dieron este domingo a la pista asiática.
'Seb' pasó a Ricciardo en la vuelta 22, antes de dar cuenta, siete giros más adelante, de Verstappen, que se conformó con protagonizar la gran remontada, pasando del decimosexto en parrilla al tercer puesto final. Con 19 años, Max indicó que estará al quite.
Pero si Hamilton apunta al cuarto, Vettel -que ya ganó cuatro con Red Bull (2010-13)- quiere igualar los cinco títulos del argentino Juan Manuel Fangio. Con lo que sólo tendría por delante, en la lista de todos los tiempos, al gran 'Schumi'. Y recuperaría, diez años después de que lo ganase Kimi, el título para los de Maranello.
Con un coche para echarse a llorar, Alonso volvió a sacar, mientras pudo, petróleo del McLaren-Honda. Tras salir decimotercero, el doble campeón mundial asturiano llegó a rodar sexto y se mantuvo en zona de puntos hasta que se rompió, en la vuelta 35, el palier de la transmisión de su monoplaza. Fernando, que entró en garaje con el 'safety' virtual, en la segunda vuelta, afirmó que espera seguir divirtiéndose hasta que el coche funcione. De mano, lo hizo unas vueltas, reteniendo los ataques de Bottas, con un Mercedes. Pero, salvo milagro, ésta no parece campaña de éxitos para el ovetense.
Mucho mejor pintan las cosas para su compatriota Sainz, que acabó séptimo en Shanghái. El madrileño, hijo del doble campeón mundial de rallys de igual nombre, que no paró hasta la 28, mejoró un puesto su actuación de Albert Park y es séptimo en el Mundial, con 10 puntos.
Sainz relegó al octavo al danés Kevin Magnussen (Haas), que entró en meta por delante de los dos Force India del mexicano Sergio Pérez y del francés Esteban Ocon, que también rascaron puntos en Shanghái.
Por delante, Hamilton y Vettel mantuvieron sus puestos y ahora comparten liderato, con 43, anunciando un nuevo duelo dentro de una semana, en Bahrein. Ricciardo atacó con dureza a Verstappen, pero el holandés aguantó el tipo y festejó tercera plaza. A poco que avance su Red Bull, Max también puede acabar pidiendo cartas este año.