El coordinador de Izquierda Unida en Sevilla capital, Ismael Sánchez, ha convocado de forma urgente a la ejecutiva local de IU para el lunes por la tarde, al objeto de analizar el controvertido desalojo de los ediles de la coalición del propio Ayuntamiento, en el marco de una protesta sorpresa protagonizada por un colectivo laboral apoyado por IU. Además, la federación de izquierdas prevé "revisar" el acuerdo de investidura que esta fuerza política firmó con el PSOE, en junio de 2015, merced al cual Juan Espadas es hoy alcalde de la ciudad.
Según ha explicado Ismael Sánchez en un comunicado, la convocatoria de esta reunión se produce "a petición de muchos militantes y de buena parte de la base social que compone nuestra organización", ya que esta "injustificada y desmedida" actuación policial "ordenada" por el concejal de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, ha supuesto "la gota que colma el vaso de los continuos incumplimientos del PSOE".
Sánchez ha aludido a la "indignación generalizada" que en estos momentos existe en el seno de Izquierda Unida a cuenta de este "inaudito" desalojo policial, "en el que cargos públicos de nuestra formación política fueron agredidos y expulsados violentamente del Ayuntamiento de Sevilla, cuando intentaban mantener una reunión con un colectivo de trabajadores en lucha".
"El gobierno de Espadas, lejos de reconocer el error cometido y de asumir responsabilidades políticas, ha optado por enrocarse en la defensa de este atropello inadmisible", denuncia el coordinador de IU quien, al hilo de esto, ha recordado que en el marco político suscrito con el PSOE "quedaba muy claro que el Ayuntamiento tenía que ponerse a disposición de las y los trabajadores y ser un instrumento útil para la mayoría social".
En este sentido, Ismael Sánchez ha señalado que la ejecutiva local de Izquierda Unida se reunirá de urgencia este mismo lunes con una triple finalidad: "valorar los gravísimos hechos ocurridos este miércoles en el Consistorio, evaluar el grado de cumplimiento del acuerdo que permitió la investidura de Espadas y ver qué medidas podemos adoptar desde nuestra organización al respecto".
Por último, Sánchez ha recalcado que Izquierda Unida es un movimiento político y social, que tiene una pata en el conflicto y la sociedad y otra en las instituciones, "donde nuestro cometido no es otro que la defensa de los intereses de la clase trabajadora".
Por ello, ha respaldado el papel de los concejales de IU, Daniel González Rojas y Eva Oliva, durante el "violento" desalojo policial acontecido el pasado miércoles. "Estaban donde tenían que estar, del lado de la gente y plantando cara a quienes reprimen derechos y libertades", ha concluido.
EL DESALOJO DE LOS EXEVENTUALES
Y es que los extrabajadores eventuales de Lipasam, Participa e IU-CA achacan al Gobierno local y la Policía métodos "violentos" en el desalojo acometido este pasado miércoles en el Ayuntamiento, donde el mencionado colectivo celebraba una protesta sorpresa con idea de iniciar un encierro, después de haber accedido al interior del edificio para reunirse con los ediles de las formaciones de izquierda.
Tras celebrar las citadas reuniones, y sin previo aviso, los extrabajadores temporales de Lipasam se concentraron en el vestíbulo del Ayuntamiento y comenzaron un acto de protesta, sin que mediase un acuerdo cuando los agentes de la Policía Local les pidieron que depusiesen su actitud. Tras ello, los manifestantes y los miembros de Participa e IU-CA fueron rodeados por la Policía Local y fueron paulatinamente arrinconados hasta la puerta principal del Ayuntamiento, donde finalmente fueron expulsados del edificio, en una actuación que según denuncian estuvo marcada por la "violencia, las patadas, empujones y pisotones".
El edil de Seguridad, en ese sentido, alega que estos extrabajadores de Lipasam accedieron al Ayuntamiento con el argumento de mantener reuniones con IU y Participa, aprovechando tal extremo para trasladar al interior del Ayuntamiento las protestas que diariamente celebran frente al mismo. Además, señala que la actuación policial devino al no atender los manifestantes los avisos de los agentes para que depusiesen voluntariamente su actitud.