Los estudiantes portuenses viven momentos difíciles ante la llegada de los exámenes finales, más aún los que estos días se están enfrentando a la prueba de selectividad y lo que menos quieren en esta época es tener que estar pendientes de si encuentran o no un lugar en el que estudiar, sin tener que hacer largas colas o tener que levantarse mucho más temprano de lo que les obliga el hecho en sí de tener que estudiar.
Pasar por delante de las salas de estudio o la propia biblioteca estos días es síntoma de encontrar chavales en la puerta y en su interior. Por las mañanas, antes de las ocho de la mañana ya hay estudiantes apostados en la puerta esperando a que abran y retrasarse o quedarse dormidos, como bien indican los protagonistas, puede ser señal de quedarse sin sitio para estudiar.
Y esto ocurre, según denuncian los estudiantes, porque no hay un plan municipal en el que se estime el número aproximado de estudiantes que hacen uso de las salas de estudio ni se amplían las plazas que se ofertan en estos momentos, “que son las mismas que hace muchos años”, explica Alejandro L.
En la página web del Ayuntamiento se exponen los horarios de las distintas salas de estudio. La que se ubica en la biblioteca municipal está abierta de lunes a viernes de 8.30 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.50 horas, excepto festivos y días señalados.
Los sábados abre de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.50 horas.
Este mes de junio, agosto y septiembre, permanecerá abierta los domingos.
La sala de estudios de San Agustín se puede utilizar de lunes a viernes de 8.30 a 21.50 horas, excepto festivos y días señaladas.
Y la del centro cívico Augusto Tolón está abierta por las mañanas de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas y por las tardes de 17.00 a 20.15 horas. Unas instalaciones que permanecen cerradas en Semana Santa, Navidad, puentes o verano.
En total, estas tres salas de estudio ofrecen 300 plazas, repartidas en 160 en la biblioteca, 60 en San Agustín y 80 en el centro cívico. Esto supone que “muchos estudiantes nos tengamos que ir a la facultad”, a Puerto Real, Cádiz o Jerez, “para poder estudiar”, indica Alfonso P., algo que no conciben los estudiantes, porque deberían tener una oferta adecuada.
Muchos estudiantes dan por “imposible” coger una plaza en la biblioteca municipal, y en espacios como el centro cívico llegar tarde supone no poder acceder ni siquiera a un enchufe para el portátil.
En general “hacen falta más plazas y más salas de estudio, porque en época de exámenes es imposible poder pillar un sitio”, han explicado los propios afectados. Y hay jóvenes que “no somos capaces de estudiar en casa o no nos vamos a trasladar hasta la facultad porque no nos podemos costear los gastos”.
Al respecto de los horarios, los estudiantes consideran que tampoco están hechos para las necesidades de los jóvenes. En primer lugar, “no considero lógico que cierren a mediodía. Si queremos aprovechar, muchos nos comemos un bocata y volvemos, porque hay que apurar”, explica Alejandro L. Y dependiendo del espacio que se visite, que cierren antes de las nueve de la noche “es un tongo, porque no nos da tiempo a nada”.
Además, algunos estudiantes entienden que El Puerto debería tomar ejemplo de otras ciudades, como ocurre en Sevilla o Cádiz, puesto que se ofertan plazas de biblioteca en horario de noche, “porque hay muchos que estudian mejor de noche, con más tranquilidad. O cuando llegan los exámenes finales, estamos deseando poder aprovechar cualquier hora del día. Yo tengo amigos que cambian sus horarios y se vuelven aves nocturnas, pero se tienen que quedar en casa porque no se concentran igual”.
¿Y la Casa de la Cultura?
Los estudiantes portuenses se preguntan qué ocurre con la Casa de la Cultura, que a lo largo de los años solo ha acumulado proyectos que no están llegando a su término, que sería que se ponga en marcha y sea un nuevo equipamiento que los estudiantes puedan utilizar para cubrir sus necesidades.
La semana anterior, en redes sociales hubo quien denunció que en el interior del edificio había luz de día y de noche, cuando no se estaba actuando, por tanto no era necesario el suministro, más bien todo lo contrario. Imágenes ilógicas que no se explican. Y hace unos meses, debido al Plan Invierte, se hizo una remodelación de la entrada de la Casa de la Cultura, una actuación de Diputación Provincial de Cádiz que ha permitido que este edificio tenga una entrada “digna”, pero en cambio “seguimos contando con un edificio que se estropea por día y no se abre”, denuncian.
