El pasado fin de semana, la zona de bares de la Costilla ofrecía una imagen inédita en temporada alta y a las tres de la mañana: todos los establecimientos cerrados. Una situación que aunque no es nueva, sí se ha llevado al extremo este pasado fin de semana y ha despertado la indignación de los hosteleros de la zona, que sobre todo a través de las redes sociales se han hecho eco de su malestar, reclamando horarios de cierre más amplios para el verano, cuando el nivel de ventas es mucho mayor y la climatología permite a los visitantes disfrutar de la oferta local durante muchas más horas en la calle.
Las quejas de los hosteleros han llegado hasta AECIRO, la asociación de comerciantes, empresarios e industriales de Rota, que intentará mediar en una situación que no es fácil de conciliar, coordinando reuniones con los afectados y el Ayuntamiento para tratar de alcanzar un acuerdo. Lo cierto es que las continuas denuncias de los vecinos de la zona, que exigen el cumplimiento de la normativa en materia de ruido, obligan al Ayuntamiento a aplicarla de forma exquisita, pero por otro lado se malogra la actividad de un sector que durante el verano vive su pico mayor de ventas.
Los propietarios de los bares de la zona de la Costilla denuncian cómo en verano, al limitar los horarios de esta forma se pega un hachazo a los negocios que, debido a la mayor afluencia de público se hace una mayor inversión y se fomenta la generación de empleo contratando a más personal, y por tanto estimulando la economía de la localidad y reduciendo las ya de por sí altas cifras de desempleo en el sector servicios.
El Ayuntamiento de Rota ha querido atajar el asunto manteniendo un nuevo encuentro con los hosteleros, que no ha sido el primero de la legislatura, para tratar de explicarles la situación. La premisa es clara: la norma es la que es, y es esencial conseguir la conciliación entre el ocio y el descanso de los que viven en Rota, ya sea durante todo el año o solo temporalmente.
La normativa "es la que es"
El horario de apertura de los establecimientos se rige por una normativa impuesta por la Junta de Andalucía que data del año 2002, y a la que los Ayuntamientos están obligados a acogerse. Es decir, no se trata de una competencia municipal, pero sí han de velar por su cumplimiento. El problema está, según transmitió el Consistorio a los hosteleros, en que hasta la fecha se ha dado demasiada manga ancha en este sentido, y eso ha hecho que el malestar vecinal en algunas zonas en concreto haya ido creciendo hasta el punto de que se han interpuesto numerosas denuncias en este sentido.
El Ayuntamiento aclara que actúa con toda la flexibilidad que la norma le permite, pero para eso ha de contar con la colaboración de los hosteleros. Es decir, se pueden apurar los tiempos al máximo, dentro siempre de la norma, siempre que por ejemplo entre semana se sea exquisito en su cumplimiento, evitando que bares sin música cuya hora de cierre está fijada por Ley a las 02:00 estén por ejemplo con ruido en su terraza hasta pasadas las tres de la mañana un miércoles. Si no se cumple entre semana, es complicado conseguir que los vecinos sean más comprensivos si un viernes o un sábado se es algo más flexible.
En resumen, el Ayuntamiento ha de ser tajante en el cumplimiento de la Ley, pero entiende que hay que conseguir una conciliación, y para conseguirla es necesario la colaboración de los interesados, instando a los hosteleros a que entre todos colaboren para evitar que en casos puntuales se incumpla la normativa, perjudicando a todo el sector.
¿Qué se puede hacer?
Como administración local, el Ayuntamiento solo puede ampliar los horarios en épocas festivas concretas, como es el caso de Navidad o Semana Santa, cuando el alcalde suele editar un bando para ampliar en dos horas el horario de cierre, algo que la ley permite. Otra posibilidad que permite la calificación que Rota tiene como Municipio Turístico es solicitar de forma excepcional la ampliación de los horarios ante la delegación del Gobierno de la Junta, una tramitación que ha de pasar por numerosos filtros, que han de solicitar los propios hosteleros, y que requiere además de informar a los vecinos del entorno de los establecimientos de forma individual. Gestiones éstas que no son inmediatas, y que tardarían en realizarse como mínimo un año.
Un asunto nada fácil de abordar cuando Rota es una localidad que triplica su población en verano, y que cuenta con una zona hostelera de cada vez más éxito en pleno centro de la localidad, integrada entre la zona de la Costilla, tramo final de la avenida San Fernando, avenida de Sevilla e Higuereta, donde además de bares y restaurantes, existen bares de copas, y edificios residenciales.
