Jerez

“Con las ZAS no se puede ser flexible; es un decreto”

Los vecinos hacen balance positivo del primer mes de aplicación de la normativa, mientras que Asunico cifra las pérdidas en un 70 por ciento

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  • La Plaza Vargas. -

A unos días para que se cumpla el primer mes de la entrada en vigor de las restricciones horarias en las calles San Pablo, parte de Caballero y  las Plazas Vargas y del Clavo tras ser declaradas  zonas acústicamente saturadas (ZAS), el balance por parte de los vecinos y los hosteleros es radicalmente distinto. Los últimos han reiterado desde casi el primer fin de semana los perjuicios económicos que les está acarreando esta designación, que les obliga a retirar los veladores a las doce de la noche y recortar su horario de apertura.


A estas alturas, según las estimaciones de Manuel García, presidente de Asunico, que tiene a asociados en estos espacios, las pérdidas en los negocios de estos enclaves donde se ha puesto freno a los problemas de contaminación acústica denunciados por los residentes se mueven en torno al 70%.  Además, la incertidumbre del sector es que esta situación se “extienda” y pase factura al resto de las zonas de ocio del centro de Jerez. “Hay quien cumple con la ley y hay quien no da problema, pero cuando se declara zona ZAS se mira a todo el mundo con la misma vara de medir y eso es un error”, manifiesta, tras reiterar que “no puede meterse en el mismo saco” a la situación de la calle San Pablo, donde hay veladores, y a  la Plaza  Vargas.


No obstante, mientras que  en esta última, donde los vecinos llevan años con pancartas reclamando su derecho al descanso en su fachada, locales como La Barbería han anunciado su intención de echar el cierre por las limitaciones horarias, y Duplicado está cerrado “por vacaciones”, otros como Los Dos Deditos y Carbonería, “donde cumplen estrictamente la ley”, se mantienen, tal y como les han trasladado a García. Precisamente, para el presidente de la asociación de vecinos del Centro Histórico, Alejandro González, esta realidad ilustra que en esta zona “había negocios basados en la ilegalidad”, algunos de los cuales acumulan más de 100 actas del 092 de un solo año. 


A él lo que le trasladan los residentes de la Plaza Vargas y del Clavo es que se está “aplicando” la ley. En este sentido, González ve poco recorrido a la petición de los hosteleros, que han presentado un recurso al Ayuntamiento, para que sea flexible en la aplicación de las medidas que acarrea ser  ZAS.   “No  se puede ser flexible, es un decreto y te dice las medidas que hay que tomar, no se pueden aplicar unas sí y otras no”, señala, tras censurar que se esté dando un mensaje erróneo de que los negocios cierran a las doce, cuando a esa hora lo que hay es que retirar los veladores. “Lo que se ha recortado es una hora”, sentencia. Mientras tanto, los hosteleros de San Pablo se reunieron anoche con varios vecinos y un representante del Ayuntamiento.

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