El Puerto

Insípida novillada de “Yerbabuena”

Desgraciadamente dado el nulo juego que han dado los novillos no ha servido para que los novilleros puntúen

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  • CRESPO -

Segundo festejo del verano portuense 2017. Con algo menos de  un cuarto de plaza se han lidiado seis novillos de “Yerbabuena”,  1º,3º,4º,5º (bis)  mansos y descastados,  2º noble pero sin clase, y 6º de mejor juego; para Daniel Crespo (Verde y oro): saludos  y ovación; Miguel Ángel Pacheco (Burdeos  y oro): oreja y silencio; y Rodrigo Molina (Celeste y oro): silencio y saludos.  Se desmonteraron  “Corruco de Algeciras” en el segundo  y  Ángel Luís Carmona en el tercero. En el quinto de la tarde fue derribado el picador Antonio Sopeña que sufre lesión en el hombro derecho pendiente de estudio radiológico.

Lamentablemente, si otra valiente empresa no hecha la pata “pa´lante”,  esta habrá sido la única novillada con picadores que este año se dé en la provincia, y desgraciadamente dado el nulo juego que han dado los novillos no ha servido para  que los novilleros puntúen. Los astados del hierro que en 1995 fue creado del amor de la GRAN Rocío Jurado y del maestro Ortega  quienes unieron sus dos localidades, Chipiona y Cartagena,  en la empresa Chipigena S.L.,  y que desde 2013 es propiedad de la empresa Los Raudales SLU, representada  por Dña.  Rocío Leonor Torres, han dado al traste con las ilusiones de tres jóvenes toreros que además tienen poquísimas oportunidades de torear.

El primero de Daniel Crespo  se llamaba “Antipático”” y puedo asegurar que desde que salió por chiqueros hizo honor a su nombre. Fue un novillo sin clase en sus embestidas  que salía huyendo y buscando las tablas en  cada pase de muleta. Ante tan manso ejemplar el portuense no tuvo opción de triunfo y no pudo corresponder al brindis que le hizo a su hermano.

En el cuarto de la tarde disfrutamos de un ramillete de verónicas de “cante grande” interpretadas primorosamente por  el torero de El Puerto. Tras el éxtasis capotero volvimos a la cruda realidad al evidenciar el novillo una patente falta de fuerza. El público lo protestó pero la presidencia denegó la vuelta a los corrales del inválido animal. Poco pudo hacer el novillero ante un burel sin fuerza ni casta.

Miguel Ángel Pacheco lanceó con gusto al segundo de la tarde. Brindó la faena al empresario Miguel Rodríguez  Domínguez (propietario de la marca de relojes Festina). El novillero aprovechó la noble condición del novillo que acudía a la muleta de forma “bobalicona”, logrando ligar algunas series de calidad. Tras una estocada que tardó en dar con el novillo a tierra cortó la única oreja de la tarde.

El quinto de la tarde fue un sobrero que sustituyó a un hermano que se partió el pitón al rematar en un burladero. Mala suerte tuvo el torero de La Línea en toparse con este animal ayuno de raza que nunca debió llevar el apelativo de bravo.

El tercero de la tarde fue otro regalito que en lugar de embestir topaba en los engaños. Rodrigo tan solo pudo demostrar voluntad ante un pozo seco de agua.

El sexto ha sido “el garbanzo blanco” de la novillada. Este novillo sí ha permitido al torero sevillano templarlo con el capote y realizarle una faena de muleta a gusto por ambos pitones. Pero el mal uso de la espada le ha privado de un seguro triunfo.

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