El estupefaciente, comprado a los proveedores a 29.000 euros el kilogramo, había sido transportado vía marítima bajo la modalidad de “gancho perdido”, consistente en aprovechar un envío legal para introducir la sustancia en su interior, lo que les ahorra la logística necesaria y dificulta cualquier investigación.
Según informó la Policía en rueda de prensa, durante la operación han sido arrestadas tres personas.