Si hay un dato previsible dentro de la evolución mensual del desempleo en la provincia de Cádiz, ése es el de septiembre. El final de la temporada veraniega sesga cada año varios miles de puestos de trabajo -una media de seis mil durante los últimos ocho años-. El hecho de que la tendencia se mantenga año tras año invita a hacer pocas concesiones al optimismo; no obstante, con la lupa sobre las cifras se aprecian constantes positivas, junto a otras negativas.
Empecemos por las positivas. La principal tiene que ver con el dato interanual, que reporta 13.353 demandantes de empleo menos que en septiembre de 2016. El total de este septiembre no sólo pone el acento en esa progresiva reducción del paro, con cinco años consecutivos de bajada, sino que permite tomar ya como referencia el año 2009, en cuyo septiembre se registraron 156.954 desempleados.
El dato de septiembre de este año mejora incluso el de 2009, con 152.988 demandantes de empleo, y apunta directamente hacia los datos de 2008, momento en el que se desencadenó la crisis, aunque los 129.154 parados de entonces aún parecen difíciles de alcanzar en lo que queda de año si nos atenemos al ritmo de recuperación alcanzado hasta ahora.
En este sentido, desde la Consejería de Empleo resaltan que se trata de la segunda mayor bajada interanual que la provincia ha vivido en un mes de septiembre desde que existe la serie histórica. Así, la provincia suma 49 meses consecutivos con descensos en su desempleo interanual. Por sectores, la bajada es especialmente significativa en la construcción (-14,8%) y la industria (-10,9%), en términos porcentuales; mientras que en términos absolutos, destaca por encima del resto la de los servicios, con 6.256 demandantes menos que hace un año.
Hasta ahí los datos que permiten afrontar el futuro inmediato con una mejor actitud. Hay, por contra, una serie de índices que revelan las dificultades para romper con determinados parámetros. Lo reflejan las cifras del número de parados que se registran cada septiembre, cuya media de los últimos años se sitúa en torno a las seis mil personas, como ya hemos apuntado: 6.458 en 2016, 7.559 en 2015, 6.372 en 2014, 4.043 en 2013, 8.349 en 2012...
Cifras que denontan esa excesiva dependencia a la estacionalidad turística y, por supuesto, a la del sector servicios. Precisamente, es ahí donde se encuentra la otra clave negativa de la evolución del desempleo en septiembre, ya que de los 152.988 parados de este último mes, 98.558 pertenecen al sector servicios, lo que equivale a un 64,4% del total.
Y no ha sido así habitualmente. De hecho, si nos remontamos diez años atrás, el número de parados del sector servicios en septiembre llegó a representar al 47,7% del total. Una cifra que comenzó a romperse a partir del año 2012, en el que creció hasta el 52,8%, momento desde el cual no ha parado de subir progresivamente hasta el 64,4% actual.
Hay quien cita a un fenómeno concreto para explicar esta situación: la adscripción de antiguos trabajadores del sector de la construcción al sector servicios, lo que de por sí pone de manifiesto hacia dónde se dirigen las aspiraciones de los demandantes de empleo en este momento, frente a las posibilidades de los demás sectores productivos.