Jerez

Ya es Navidad en Jerez

Las zambombas no son aquellas de los patios de vecinos, con la copita de anís y los pestiños, las candelas en medio del patio y los problemas olvidados

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Para el día 1 de diciembre está previsto que se encienda el alumbrado navideño, pero las zambombas ya han roto la previa del mes en que nació el Niño Jesús. Cada vez con más adelanto comienza la Navidad según Jerez. Ya no hay mariposas encendidas en las casas recordando a aquellos que estuvieron con nosotros y ya se fueron. Ya el mes de noviembre, el mes dedicado al recuerdo a nuestros difuntos, se rompe con villancicos y con actos prenavideños que marcan un tiempo nuevo en la cultura y en la economía de una ciudad que vende sus zambombas allende las fronteras. Unas zambombas que no son las genuinas, aquellas de los vecinos, aquellas de la zambomba y el almirez, aquellas de la copita de anís y el pestiño, aquellas de las candelas en medio del patio grande donde los problemas se dejaban al lado para cantarle al Niño Dios en esas noches de los sábados, siempre después del 8 de diciembre, Día de la Inmaculada, donde tras de una jornada de trabajo amplia, llegaba la hora del baño, de la camisa limpia y recién planchá y también el momento de tomar una copa con un vecindario que, entonces, era como una continuación de tu familia, en ocasiones era más familia que la tuya propia, una vecindario donde se respiraba amistad y solidaridad, donde lo que tú no tenías se lo terminada dando al de al lado, donde en la enfermedad todo eran atenciones y en la alegría todos las compartían. Eran otras navidades, las navidades del pavo comprado con antelación para irlo engordando y luego comérselo, a pesar de los llantos de los niños y las niñas que habíamos terminado encariñándonos con él. Era una navidad sin gambas ni langostinos, con el arroz y el pavo y todos contentos y felices. Era una Navidad donde parecía que hacía más frío, o serían las pocas calorías que te ponían el cuerpo más cortado, y donde llovía y donde por las mañanas los buenos días se daban de puerta en puerta con una copita de anís y un pestiño, de esos que se elaboraban en cada casa y no se compraban porque las pesetas escaseaban. De aquellas zambombas han nacido estas que ya se comienzan a gozar en este Jerez sin fronteras.

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