Sevilla

‘En realidad, nunca estuviste aquí’: Malas calles

Una mirada de mujer nada convencional la de este thriller, la de este drama tan complejo y desasosegante...

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Hierros retorcidos; puentes inquietantes; habitáculos desvencijados y oscuros; casas que son hogares aunque en ellas habitara un pasado feroz; una madre anciana y fuerte, superviviente del terror; unos contactos que te avisan; un encargo importante; mansiones suntuosas podridas de negrura moral; luces de neón; taxis, trenes, cloacas, tugurios, matones, gorilas, emboscadas, trampas, cloacas urbanas, traumáticos recuerdos infantiles y bélicos, inocentes abusadas, la ley de la jungla, malas calles…

…En tales escenarios y en tales compañías, sitúa Lynne Ramsay -escritora, productora y cineasta escocesa, de la cosecha del 69, en cuya filmografía figura la notable ‘Tenemos que hablar de Kevin’-  a sus protagonistas. Especialmente al personaje central, un portentoso Joaquin Phoenix, ex marine solitario, cuyo único referente afectivo es su progenitora y que dedica su tiempo a rescatar a chicas muy jóvenes de la trata de personas, hasta que recibe un encargo especial.

Una mirada de mujer nada convencional la de este thriller, la de este drama tan complejo y desasosegante tanto de narrativa como de puesta en escena. Depurado y feroz, no hace concesiones ni de fondo, ni de forma. Su voluntad de estilo, esas señas de identidad fílmica tan personales e intransferibles, nunca es artificiosa, ni vacía de contenido.

Muy al contrario, está al servicio de una historia donde las tinieblas del mejor cine negro, la acción trepidante cuando procede y la intimidad torturada de un hombre marcado, son los ingredientes principales. Con las imágenes tan potentes -los diálogos son mínimos- como grandes protagonistas. Y temas como las violencias de todo orden. Machista, bélica, del abuso de poder, de los bajos fondos, pero también de las altas esferas, de la trata… con todos sus daños colaterales.

Producción británica de 95 minutos de intenso metraje. El guión lo firma la propia directora, sobre la novela homónima de Jonathan Ames. Su fotografía, tan perturbadora, es de Thomas Townsend y su trepidante música de Jonny Greenwood. Mejor Guión y Mejor Actor en Cannes.

Las circunstancias personales de quien esto firma, han hecho que la vea in extremis. En esta ciudad, que cuida tan poco a las películas atípicas, aún pueden hacer lo propio en una sesión, la de hoy, en el Avenida a las 16. 30. O a las 21.15 en Nervión.

En cualquier caso, inténtenlo o háganse con ella. No lo lamentarán.

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