Curioso Empedernido

Misiones Agradables

Una de las misiones más agradables de lograr,  es uno de esos momentos de calma en la que respiramos hondo para dialogar con nosotros mismos

En nuestras vidas hay momentos alegres y tristes, misiones desagradables y agradables. Siempre hay ocasión para celebraciones y justificaciones para reproches. Hay respaldos que nos fortalecen y otros que nos hunden.  Bienvenidas amargas y despedidas festivas.

Hay gentes y experiencias que nos inspiran confianza y otras que nos provocan recelos. Presidentes que se fuman un puro ante las más graves situaciones y otros que cogen las de Villadiego para que no les pille de lleno los conflictos. Seguro que alguno de ustedes ya está pensando que me estoy refiriendo al señor Rajoy, ¡Qué mal pensado!

No me negaran que en la realidad como en la ficción, en la calle como en el cine o en el teatro hay sombras tenebrosas y cuestiones fóbicas, y otras que son misiones agradables y que da gusto llevarlas a cabo. Hay formas múltiples de arrancar la sonrisa a un niño y otras de convertirlo en un soldado sanguinario.

En cualquier relato  hay ocasiones en el que el contexto puede resultar más interesante que el personaje, que dibujemos un magnifico paisaje o construyamos una interesante historia pero el protagonista nos falle y se cargue el argumento.

Resulta mucho más agradable dar premios y agasajos que ir repartiendo mamporros y zascas, que de forma cortante y rápida terminan con los sueños e ilusiones de quienes aspiran a ser felices. Es más bendito y saludable abrir puertas y ofrecer soluciones que empeñarse en alimentar enfrentamientos y conflictos.
Que gratificante es dar alas para volar y que frustración provoca el cortárnosla para que no podamos elevarnos,  que bien nos hace sentirnos estar en sintonía con los demás y establecer esa relación de empatía para convencerlos, y que mala sensación nos provoca que no somos capaces de caerle bien a los demás, porque despertamos demasiado envidia y antipatía.
Una de las misiones más difíciles de lograr es esquivar a aquellos personajes que todo lo saben y nos lo encontramos en todos los sitios. Nuestra buena reputación, nunca es un regalo sino que había crecido gracias a sus esfuerzos y al trabajo duro.

Pensar y actuar en positivo nos ayuda a superar el miedo y nos inyecta una gran tranquilidad y armonía. Somos capaces de gestionar el estrés y las prisas sin que las vísceras nos aceleren. Buscar la verdad  en nuestro interior y explorar nuestras dudas para descubrir nuestras certezas.

Una de las misiones más agradables de lograr,  es uno de esos momentos de calma en la que respiramos hondo para dialogar con nosotros mismos, en las que aparcamos las diferencias con los otros y nos hacemos más grandes.

Debemos empezar a cambiar nuestra perspectiva y no repetir viejas visiones y hábitos que nos sirven para nada., llenos de incógnitas sin resolver y sentimientos que no se expresan. Con los años descubrimos que mantener nuestros asombros es la virtud que debemos conservar.

Sencillez y claridad son las dos cualidades básicas de nuestra expresión y comunicación. Entre la simetría y el equilibrio, lo vergonzoso y lo caótico, lo excepcional y lo cotidiano, intentamos  caminar hacia un lugar mejor, pero  debemos aclararnos y fijar cuales son nuestras prioridades.

Tenemos que saber encontrar por nosotros mismos las soluciones y dar, a la vez, la oportunidad de que los demás se promuevan y se realicen.
      

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