San Antonio Abad regresa a su parroquia tras 36 horas de procesión

Trigueros (Huelva) ha puesto fin tras más de 36 horas a la procesión de su patrón, San Antonio Abad, el único afiliado a un sindicato -la UGT-, una de las más originales de España, ya que durante todo el recorrido los vecinos de la localidad han protagonizado las "tiradas" de alimentos.

La procesión se inició el domingo poco antes de las 14.00 horas desde la parroquia de San Antonio Abad, a la que la imagen, en un paso adornado de dátiles, la fruta típica del pueblo, ha regresado, alrededor de medianoche.

A su llegada a la parroquia, ha tenido lugar la llamada "escapaílla" en la que el Santo hace el amago de recogerse y sale corriendo por las calles del municipio, para volver minutos más tarde y entrar en su templo.

Ha sido más de un día y medio en el que esta localidad de 7.000 habitantes ha multiplicado su población, ya que, año tras año, son miles los curiosos que se desplazan hasta ella para unirse a sus vecinos y vivir esta festividad.

El recorrido, como es habitual, ha permitido que el Santo, portado a hombros por vecinos voluntarios de la localidad, haya pasado por todos los rincones del municipio, incluidas las calles del cementerio municipal, y durante el mismo no han faltado los "vivas" tanto a la imagen como a los que la portan.

Pero lo más singular de esta tradición es lo que va ocurriendo a unas 50 metros del Patrón, es ahí donde tienen lugar las "tiradas" consistentes en el lanzamiento desde los balcones a la calle de todo tipo de alimentos, que son recogidos por los vecinos.

Este año se ha batido récord al haberse inscrito 27 "tiradas"; según la cantidad de gente que viva en las casas o su poder adquisitivo, son más o menos numerosas, por lo que ante algunas viviendas la imagen ha estado parada incluso media hora mientras se terminaba de lanzar a la calle todo lo que habían preparado los vecinos.

Este año también se ha podido ver la típica estampa de jóvenes, organizados en peñas, con unas "mesas" a las que sube uno de ellos para recoger desde lo alto lo que se lanza y repartir el "botín" al final de la jornada.

Las tiradas suelen comenzar con piezas de pan, producto típico del municipio, para seguir con embutidos o quesos, y terminar con unos de los productos más esperados, cuando se lanzan a la calle jamones enteros.

La relación del santo con la UGT se inició en 1929, cuando fue afiliado al considerarse que el hecho de que repartiera sus tierras iba en concordancia con la política de este sindicato.

Sin embargo, la procesión y las tiradas al paso del Santo se remontan a varias décadas antes, pues ya en 1.871, hay testimonios de la celebración de esta singular tradición.