El luto nacional decretado con motivo del funeral de Estado se dejó sentir ya anteayer, cuando unas 10.000 personas acudieron a la capilla ardiente de los militares, instalada en el Hospital Militar del Celio, y se repitió este lunes con una multitud de personas que recibió con aplausos en San Pablo Extramuros la llegada de los féretros.
A las 11.00 horas se guardó un minuto de silencio en lugares como el Senado o la Bolsa de Milán.
En la basílica, que ya acogió el funeral de Estado por las 19 víctimas italianas en el atentado contra una base militar en Nasiriya (Irak) en 2003, estuvo presente además el Gobierno de Italia en pleno, encabezado por Silvio Berlusconi.