Vuelve a presentarse a la Alcaldía de Huelva con un saco de ilusiones y de retos por desarrollar. Carnavalero, cofrade, cintero y muy recreativista. Gabriel Cruz dice que trabajará para Huelva y los ciudadanos, saca pecho del impulso municipal a las tradiciones onubenses y confía en la industria como locomotora turística y de prosperidad para la capital. Tiene 55 años, nació en la Cuenca Minera y se licenció en Derecho. Lanza guiños al recreativismo y al feminismo y busca la mayoría absoluta este 26M.
Después de cuatro años en la Alcaldía, ¿cómo se reilusiona de nuevo?
–El reto era apasionante. Veníamos de una situación de ruina, apatía, estancamiento y resignación en todos los niveles. Bancarrota y empresas públicas en causa de disolución. Hemos vuelto a recuperar los espacios de relevancia y hemos puesto en valor el orgullo onubense. Por ejemplo, Capital Española de la Gastronomía, los campeonatos de bádminton y triatlón, la pasión en Navidad, Semana Santa o Carnaval. No es que no haya perdido la ilusión sino que tengo más. A Huelva hay que quererla, trabajarla y defenderla con inteligencia, capacidad, tesón y determinación.
¿En qué ha cambiado en estos cuatro años?
–Me siguen gustando las mismas cosas y tengo los mismos amigos y relaciones que siempre. Solo que soy cuatro años mayor. Lo que tengo es dedicación absoluta a Huelva y la vida privada ha pasado a un segundo plano.
¿Cómo califica esta legislatura?
–Intensos, apasionantes, de grandes retos y de momentos muy duros pero sobre todo ha merecido la pena. No hay honor más grande que trabajar por y para la gente de Huelva.
¿Qué le ha faltado por hacer?
–Todo. Hemos iniciado la promoción turística en distintas ferias nacionales e internacionales y queda por avanzar en empleo y atraer inversiones. Tenemos que afrontar proyectos vinculados con la industria y el puerto. Nos queda desarrollar la cultura, que es lo que cincela el alma de los ciudadanos. Hay que impulsar las tradiciones y señas de identidad y desarrollar los servicios públicos. En todos los sentidos quedan muchas cosas por hacer porque nunca llegamos al cien por cien. Cuando uno llega a la meta, uno se da cuenta de que el nivel se ha vuelto a elevar.
¿Qué hace falta para atraer inversión?
–Que se conozca Huelva y sea una ciudad estable. Tenemos que ofrecer seguridad jurídica a esos proyectos empresariales que puedan venir. Tenemos que quitarnos los complejos, dobles discursos y las demagogias. Hay que instar a otras administraciones para que en su agenda de desarrollo económico e industrial figure Huelva como lugar referente.
¿Peleará contra esté quien esté en el Gobierno de España para dar un salto en infraestructuras?
–Ya habíamos hablado con el ministro de Fomento en su día. Se acabó la época del lamento y de apelar a la deuda histórica. La reivindicación ciudadana se tiene que plasmar en la agenda de trabajo con inversiones y proyectos concretos.
¿Huelva sin industria no sería nada?
–Huelva es una ciudad industrial. El ejemplo es la minería que está desde el siglo VII a.C. El mundo desarrollado es un mundo industrial, solo hay que pensar en Japón, Estados Unidos o Australia. Dentro de los objetivos de desarrollo sostenible que marca Naciones Unidas está el desarrollo industrial. La industria es el principal productor de I+D+i y es locomotora del sector turístico. La industria es fundamental para el presente y el futuro de Huelva.
¿Teme más a sus adversarios políticos o a las siglas que llevan?
–No temo ni a las siglas ni a las personas. Hemos gobernado estos cuatro años en minoría con once concejales y aspiramos a gobernar con más y eso no va a acabar con el diálogo y la búsqueda de acuerdos. Lo importante es que lleguemos a consensos.
¿Se ve con mayoría absoluta?
–Mi único compromiso es con Huelva y la gente de Huelva. Comprometo todo mi trabajo, toda mi inteligencia y toda mi ilusión y ahora son los ciudadanos los que deciden. Me siento orgulloso de mi partido, yo no he cambiado de partido nunca. No pienso en siglas ni ideología, pienso en Huelva.
¿Por qué tanto cambio en su lista?
–Hay diferentes orígenes en las decisiones. Es una lista que tiene un equilibrio lógico para conseguir objetivos de progreso. Hay muchos compañeros y compañeras que repiten en esos puestos de salida y otras incorporaciones que suponen ajustes.
A corto plazo, ¿se plantea la venta del Recreativo?
–Nunca hemos planteado esto como un enrocamiento para que siga en manos municipales o venta desesperada. Los objetivos son que el Recre no desaparezca, que no vuelva a estar en peligro y que no pase por ciertas circunstancias. Hemos hecho tres procesos de venta y seguiremos igual. Ni lo vamos a regalar ni lo vamos a vender al primero que venga. Para mi el Recre no es un problema, es un orgullo. Trabajamos para ponerle todos los requisitos para que funcione como una sociedad normal. Ahora estamos en una fase de saber dónde vamos a competir el año que viene y no me cabe la menor duda de que si ascendemos vendrán propuestas más solventes.
¿Qué hay que hacer para que clubes como Sporting o IES La Orden no tengan que mendigar dinero?
–El Ayuntamiento de Huelva desarrolla su política deportiva a través de las escuelas municipales. A partir de ahí, el Ayuntamiento apuesta decisivamente por esos clubes. El Sporting ha pasado de no tener ayudas a tener 40.000 euros, además de inversiones en instalaciones. Eso sí, el Ayuntamiento no podrá ser dueño de esos clubes.
¿Se considera feminista?
–Claro que sí. Hay que entender que desde la diversidad todos tenemos los mimos derechos para conseguir los mismos sueños.
¿Cuál será su primera medida si repite en la Alcaldía?
–Una llamada a Fomento para retomar el tema de las infraestructuras.