Acaba de cumplir la mayoría de edad como promotor de un festival de música que hace sonar un género del que se enamoró en su juventud, haciendo un guiño al pueblo que lo vio nacer, Torreperogil, al que convierte desde hace dieciocho años en capital andaluza de la canción de autor. Antonio Rosillo (1980) es director y promotor del Festival ‘Un Mar de Canciones’, que acaba de celebrarse con una gran respuesta de público y con la satisfacción de haber cumplido el objetivo.
“Todo empezó con una asociación de jóvenes, que aún sigue. Teníamos inquietudes y nos gustaba la Literatura y la Música. Nos apetecía hacer un festival que presentara a Torreperogil como ese nexo de unión, y mostrar el panorama musical y a los artistas”, recuerda.
“El festival ha evolucionado y ha dado un paso más profesional”, apunta, aunque “el sello siempre ha sido el mismo”, éste es, que un “municipio pequeño, de siete mil habitantes, suene y se convierta en un icono de un género musical como la canción de autor”. Técnico Superior en Producción de audiovisuales, radio y espectáculos, tiene su propia productora, dirige Radio Loma y diariogualquivir.com y es el responsable de Comunicación del Ayuntamiento de Torreperogil, entre otras labores como promotor cultural.
Su formación como productor lo hace estar cada día más implicado en lo musical. “La canción de autor comenzó como un género de protesta, cercano a la realidad social y política del país. Sin embargo, se ha convertido en algo más ñoño. Las letras de ahora hablan mucho de amor, pero se está volviendo a recuperar una hornada de cantautores que sitúan a este género en lo que era”, reflexiona. Un buen cantautor, reconoce, es aquel que “transmite con su letra y música”.
Explica que “si con la música no demuestras arte en el escenario, no haces que al público se le mueva algo dentro y no transmites, es complicado que triunfes con la canción de autor porque no es un género de mayorías y el éxito es relativo”.
Tras una carrera en los medios de comunicación fuera de la provincia, llegó a Jaén en 2001 y en su camino se cruzó el director de Etnosur, Pedro Melguizo. “Durante el tiempo que fui responsable de prensa empecé a conocer el funcionamiento de los festivales”, reconoce. Y desde entonces ha trabajado por que “Torreperogil sea más visible” y que un ‘Mar de Canciones’ atraiga “visitantes a la provincia”. “Lo hemos conseguido”, dice orgulloso.
Su propuesta ha sido un festival “no al uso”, una cita “atractiva y atrayente” por su cartel, con artistas de primera, lejos del cantautor de taburete y guitarra.
Pero no ha sido tarea fácil. “La provincia de Jaén es difícil para conseguir patrocinio. Es complicado que las empresas se vuelquen en un festival. Está todo muy institucionalizado. Con el presupuesto hacemos malabares”, reconoce.
En esta línea valora que “no es justo” porque no es una empresa que obtenga beneficio, sino de un colectivo que realiza una “labor social y solidaria”, pues la recaudación la destinan a la escuela de música que han levantado en Nicaragua. “En la provincia, a la cultura hay que darle una vuelta y dar de lado ciertos aspectos que complican la organización de un festival o un espectáculo cultural. Son eventos que vertebran un municipio, la provincia, que generan empleo y riqueza, que dinamizan”, puntualiza.
Considera que la cultura “no tiene que ser popular, gratis, sino que hay que valorarla y pagarla”. Y es que “hay mucho talento”. En este sentido, reconoce que “tiene mucho mérito que de Jaén hayan salido artistas y bandas” de la talla de Zahara, que tocó en la primera edición; Alis con el baezano Pachi García, que ha vuelto este año al festival, o Supersubmarina, entre otros. “En la capital hay bandas que se parten la vida por las carreteras para tocar”, dice. “Lo difícil en la provincia de Jaén es que el talento triunfe y por eso tiene mérito cuando ocurre”, reconoce.
Sobre el programa ‘Jaén en Julio’, reconoce que es “un escaparate muy interesante para la promoción”, que “hace visible lo único, lo singular de la música”.
Defiende la canción de autor como un “género adulto” y seguirá trabajando por un festival “para los amantes de la cultura y la música”, aprendiendo de una profesión que le ha permitido “crecer personalmente, disfrutar del trato humano cercano que te da la música, y defender y llevar lo mejor a Torreperogil”.