Fue el 24 de julio, un miércoles suavizado por el duendede los termómetros. Las bodegas Argüeso están preparadas para una noche literaria, sus buganvillas, sus parras, sus botas de vino reciben expectantes, junto al aroma de sus manzanillas el misterio, la intriga, el temor, el suspense, las penumbras del alma de personajes complejos y atormentados de la nueva novela negraTu corazón, mi venganza que ha escrito Miguel Ángel Rosique.
Sí, el suspense y el misterio de lo que es capaz de realizar el ser humano lo barajanesa noche personajes antagónicos como Anubis y Ángel, en los fragmentos que lee Carmina Bellido. La bodega de Argüeso, tablero de ajedrez u orfanato sitúan la acción que se mezcla en la novela: la soledad, la desazón del abandono y quién sabe qué más que la infancia traía en sus bolsillos desencadenaron un lazo tan fuerte de amistad entre Anubis y Marcial que llevarán a aquel a una reflexión algo obsesiva de venganza cuando su amigo Marcial muere de una dolencia cardiaca.
La ciencia, la investigación, con ética o sin ella, asoma su mirada por esas páginas que la brisa de las palabras del propio autor Miguel Ángel, y las de su presentador, Salvador Solé van poniendo en el tintero como gotas de vino que llevan a la reflexión planteada en la novela de si “el fin justifica los medios.”
La ciencia de Miguel Ángel y la de su personaje Anubis se unen en un espacio de contrastes donde se proyecta la presentación, la bodega es ahora un quirófano donde el corazón imperturbable de la naturaleza y el corazón sensible del público laten al son de la expectación, y de ahí que podamos añadir que el mismo contraste lo sufre también su primera novela y la actual. Sí, son novelas de contrastes lo que nos ofrece Miguel Ángel Rosique, ¿cómo la vida?
Si en su anterior novela, Mi ascenso, tu muerte, el autorpresentó un ambiente más violento, con un sociópata, Javier, personaje turbio que resolvía su oscuridad agrediendo físicamente llevado por el aislamiento, el fracaso, el odio, la desesperación y la ambición, en Tu corazón, mi venganza, el autor frena las riendas de los ingredientes más tradicionales de la novela negra cubriendo con una mirada compasiva y cómplice a sus personajes, un tinte de tristeza y ternura colorean aquí esa oscuridad de la luz que reina en sus páginas, impactando con una trama de horror o crueldad psicológica. De la violencia física practicada por Javier ha pasado el autor a la violencia psicológica en manos de Anubis, y es más, el narrador-omnisciente que se erige como un personaje-demiurgo maneja a su antojo los hilos de sus criaturas como pequeños seres perdidos en el gran abismo de sus “miserias humanas”, y los balancea en la cuerda floja…Lo mismo hace Anubis, el cirujano ambicioso que encarna el mal,quien mediante su invento mejorado, el DAI implantado para que el corazón no se pare, manipula mentalmenteal tierno, bondadoso, caritativo y generoso Ángel, conductor de ambulancias, ese Ángel que visita a los niños enfermos de cáncer en el hospital y les hace sentir que pueden seguir soñando. En las dos novelas hay desgarro, en las dos novelas hay crueldad, aislamiento, soledad, dolor y toques de humor “negro”, y un escritor que se aventura en el género de la novela negra después de haber escrito un poemario, Versos desenterrados alejado totalmente de estas premisas, pero en Tu corazón, mi venganza, se intensifica el suspense, la intriga de la trama, el perfil psicológico de los personajes, y el ingrediente maquiavélico de venganza no aparece teñido de sangre, sino de una pulcritud de cirujano.
Así se han presentado Anubis y Ángel, como dos querubines que luchan cuerpo a cuerpo, con maldad y con bondad. Así se presenta, en esa noche de julio sosegado, el incipiente recorrido de este escritor por los escenarios de la novela negra, luchando y ascendiendo en su trayectoria literaria y mejorando ésta como un cirujano de la pluma.
Y como dicen que la música amansa a las fieras, Miguel Ángel desde su tablero de ajedrez novelesco musica las penumbras del alma y lo que es capaz de hacer el ser humano por iluminarlas. Así ha musicado el inicio del acto de presentación para situar al público en el ambiente de su novela o en esa esquina que tiene el arte: la sensibilidad y el dolor de la creación o de la vida, y así, su flauta travesera nos susurró con Gloomy sunday (‘domingo triste’) el lamento profundo de quien ha perdido lo más querido y que quizá se extendió hasta el personaje de Ángel como el canto de las sirenas a Ulises. Una presentación circular, como esa perfección que busca la mano del personaje Anubis y de su escritor.
Sí, nuestro escritor ha comenzado el acto de presentación de su nueva novela con música y con voz, y así ha terminado, rubricado por la impresionante voz de Alba Bazán, lirio y clavel reventón, y el quejío de la guitarra del gran maestro Manuel Lin. ¿Para qué más?
Y así, el bien y el mal, peones o reyes del tablero de ajedrez dieron su jaque mate a una noche literaria que puede continuar.
El camino del escritor o del artista está andado, ahora es al público-lector a quien le toca recorrerlo, o como dijo el presentador del acto Salvador Solé: “Esperemos que llegada la hora de firmarnos los ejemplares no fluya con la pluma alguna gota de sangre. Yo de Anubis no me fio, y claro, de Miguel Ángel tampoco.”