Los problemas en Arraijanal y áreas colindantes han convertido a los vecinos en guardas, teniendo que hacerse cargo de proteger este terreno. Un papel que han adquirido ante “la dejadez” de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. Ahora, un nuevo conflicto, desde la asociación Ciriana han alertado de “agresiones homófobas” en la parte cruising de esta zona de la ciudad.
“Hemos puesto cartelería de prohibido el paso y suelo protegido, pero es como si decidimos que aquí dan misa los domingos, porque no nos está respaldando la Junta ni el Ayuntamiento”Mari Cruz Torres, secretaria de la asociación Ciriana, ha relatado que los hombres homosexuales que aceden a esta zona “están aguantando una serie de agresiones: les insultan y prenden fuego donde están ellos”, agregando que “lo hacen para echarlos de allí, es brutal”.
Es más, ha asegurado, que el pasado sábado fue testigo de uno de estos ataques, cuando se encontraba en la zona para pedirles que tiraran los condones y las toallitas en las papeleras colocadas por la asociación. A su vez, Torres ha criticado que “en la parte de los aparcamientos y el carril que va hasta la playa no hay ni una sola papelera, y las hemos solicitado a los servicios operativos del Ayuntamiento”.
“Nos encontrábamos colocando carteles en la parte de los chicos de cruising y hablando con ellos, cuando llegó un Ford Focus antiguo gris plata y dos jóvenes que iban dentro metieron fuego en la zona en la que se ponen los chicos homosexuales”, ha recordado, precisando que “ya se ha visto ese coche dos veces”.
Así, la portavoz de la asociación ha explicado que “este es el quinto incendio ya, además pasó delante de nuestras narices”. “Sabíamos que los incendios estaban provocados, pero pensábamos que era porque estábamos pidiendo la protección de la zona, por la Academia del Málaga C.F, pero es un tema homófobo, quieren echar de allí a los gays”, ha denunciado.
En cuanto a los condones y toallitas tiradas, Torres ha dicho que “los chicos no hacen daño a nadie y son muy competentes, ellos empezarán a tirar las cosas en su sitio”, mientras ha hecho hincapié en que “no hay papeleras” y sobre todo ha insistido en que “las personas sean tolerantes y haya un poquito más de respeto a la libertad sexual”.
Desde la asociación han realizado una campaña de concienciación contra la homofobia, además de otras enfocadas en la lucha contra la suciedad, el vertido de anzuelos a las playas o la protección de la flora y la fauna.
Los daños del motocross
“El motocross destroza el suelo, porque son dunas”, ha advertido la secretaria. A los daños que sufre Arraijanal se suman los provocados por estos vehículos, ha detallado Torres: “Es una zona donde hay más de 300 tumbas romanas, que cuenta con un grado 2 de protección, se ven restos de cerámica romana. Del mismo modo, “están machacando la vegetación, se ven las marcas de las ruedas, han destrozado las azucenas marinas y un montón de especies; además, han aparecido sapos de suelo y tortugas, que están protegidas con el máximo grado, muertos”, ha lamentado.
La portavoz ha indicado que “el problema es que están abiertos los dichosos accesos a la playa, que es por donde se meten”, agregando que “estamos insistiendo por activa y por pasiva a la Junta de Andalucía, como propietaria del suelo, que ponga vallas o algún tipo de señalización que prohíba la entrada de vehículos”.
“Hemos puesto cartelería de prohibido el paso y suelo protegido, pero es como si decidimos que aquí dan misa los domingos, porque no nos está respaldando la Junta ni el Ayuntamiento”, ha afirmado, señalando que han mantenido reuniones con la administraciones para solicitar la colocaciones de vallas y “nos dicen que sí, que lo estudiaran, pero la callada por respuesta”.
Los vecinos están cansados: “no sabemos qué más hacer”. “hemos preparado un cartel, donde explicamos los hábitats de interés comunitario y las especies vegetales que hay y que están en peligro, con los logos correspondientes; hemos pedido autorización para colocarlos, pues no nos responden”, ha ratificado Torres. “Hemos hecho el diseño, se lo damos todo frito y cocido, les estamos haciendo todo y, ni siquiera, tienen la capacidad de simplemente autorizar”, ha sentenciado.
Los anzuelos abandonados en las playas se clavan en las aves
Los animales que habitan las playas de Arrainajal están siendo “torturados” por los anzuelos que dejan tirados los pescadores frecuentan la zona. Desde Ciriana han denunciado que han encontrado “gaviotas, las más perjudicadas, con anzuelos clavados en las patas y en los picos; estaban en el agua o en la arena medio muertas y todo porque la gente que va allí a pescar no tiene la capacidad de recoger el anzuelo del suelo”.
Así, Torres ha subrayado que esta práctica supone “un sufrimiento para estos animales”, añadiendo que los miembros de la escuela de surf Termiko “se han dedicado, durante el verano, a rescatarlos, a quitarles los anzuelos, a curarlos y a dejarlos libres”.
Del mismo modo, ha resalto el “peligro” que supone para la ciudadanía y sus mascotas. “Los perros de dos vecinos que han sacado a sus perros a pasear se han tragado los anzuelos y tuvieron que operarles a vida o muerte”, ha lamentado.
“Vas con tu niño o a pasear y te clavas el anzuelo oxidado”, ha alertado, explicando que “la gente va con los niños a la playa para que aprendan a andar, porque sabes que si se cae no le pasa nada, pues Guadalmar y Arraijanal hasta la Cizaña está llena de anzuelos oxidados en la arena”, ha informado.
“Es muy cruel, por eso estamos saliendo a la playa los fines de semana para que sepan qué pasa con sus anzuelos”, ha informado. Pero ante esta medida, los pescadores “no están por la labor, arrancan los carteles y nos ponen verde”, ha dicho Torres, matizando que “son los que se ponen en el espigón del paseo marítimo de Guadalmar, junto al chiringuito Servando, el resto de pescadores que se ponen en la playa si respetan”.
Asimismo, ha criticado que “el Ayuntamiento no sea capaz de sancionar y poner un cartel diciendo a los pescadores que tienen recoger el anzuelo”, alegando que ya se han pedido medidas a las administraciones.
