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Cádiz

El proyecto Dr. Marañón, 2 el mejor valorado en convocatoria pública

El proyecto de Doctor Marañón, 2 competía con iniciativas del parque de vivienda tanto públicas como privadas, y ha sido la única que ha alcanzado 90 puntos

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  • Rehabilitación en Doctor Marañón número 2.

El Ayuntamiento de Cádiz recibirá 879.095 euros de fondos estatales y autonómicos de una convocatoria pública de subvenciones en concurrencia competitiva después de que el proyecto de viviendas en la calle Doctor Marañón, 2 haya resultado el mejor valorado de todos los que se han presentado en Andalucía.

En concreto, esta iniciativa del Consistorio gaditano recibirá 459.095 euros del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 y otros 420.000  del Plan de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía 2016-2020, unos fondos que completarán la importante inversión que realizará el Ayuntamiento de Cádiz y que es superior al conjunto de las subvenciones recibidas.

En la convocatoria, el proyecto de Doctor Marañón, 2 competía con otras iniciativas del parque de vivienda tanto públicas como privadas, y ha sido la única que ha alcanzado una valoración de 90 puntos. La segunda y la tercera mejor valoradas se sitúan en 82,5 y 80 puntos respectivamente.

Para el Ayuntamiento y la Delegación de Vivienda la rehabilitación del edificio de Dr. Marañón, 2 es una de sus prioridades y, de hecho, ya han comenzado las obras de consolidación estructural y accesibilidad en la finca después de que el pasado mes de mayo la Junta de Gobierno Local aprobara la primera fase de este proyecto que permitirá la construcción de 28 viviendas de alquiler social en esta inmueble.

Estas subvenciones se unen a la que la promoción recibirá de los fondos europeos Horizon 2020, al ser seleccionado como un proyecto de investigación sobre eficiencia energética en obras de rehabilitación denominado RECO2ST en el que colabora la Universidad de Cádiz. La asignación de fondos europeos condiciona el cronograma del proyecto.

El edificio rehabilitado contará con 28 viviendas: 26 de dos dormitorios y dos de un dormitorio, con un aumento de la superficie útil por vivienda y dos viviendas para personas con discapacidad con nuevos núcleos de ascensores y escaleras, eliminando las barreras arquitectónicas en todo el edificio y zonas libres, con ampliación de los anchos de puertas, pasillos, vestíbulos y escaleras.

Asimismo, se adaptará con las tecnologías más novedosas: uso de técnicas que combinan cubiertas y fachadas ventiladas, la micronización de gotas de agua para la mejora de enfriamiento del edificio, la utilización de estrategias de ventilación interior del edificio, la mejora de los sistemas de acondicionamiento y el control de confort térmico de sus usuarios. El consumo actual, según los datos técnicos, es de 43,3 kWh/m2a y el objetivo de consumo al término del proyecto es de <5 kWh/m2a (mínimo). Esto permitiría alcanzar un ahorro de 5.017 euros/año (98%) con un periodo de amortización de la intervención de 14,8 años.

 “La finalidad de esta iniciativa es comprobar el comportamiento de diversas tecnologías de eficiencia energética” ha explicado la concejala de Vivienda, Eva Tubío, quien ha afirmado que esta misma experiencia, se llevará a cabo en otras ciudades de la Unión Europea, con climatologías diferentes, Londres (Reino Unido), Frederikshavn (Dinamarca) y Vevey (Suiza).

Tubío destaca el impulso que el Equipo de Gobierno ha dado a esta promoción y la consecución de fondos de otras administraciones para un proyecto que se realizará en la ciudad. “Además de suponer un alivio para las arcas municipales, supone la confirmación de que se están haciendo bien las cosas”, recalca Tubío, para la que Cádiz “tiene la oportunidad de situar una promoción de viviendas pública a la vanguardia de las tecnologías de eficiencia energética”.

El edificio de la calle Dr. Marañón, 2, situado en el barrio del Balón del casco histórico de la ciudad, fue construido en 1970 para 30 viviendas en régimen de alquiler, formando parte desde entonces del parque municipal de viviendas que ha venido administrando Procasa.

El mal estado de los forjados de hormigón, de la solera de la planta baja y del saneamiento enterrado obligó en 2013 al desalojo de los inquilinos, que, en su mayor parte, fueron realojados en los nuevos pisos de Matadero.

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