Antonio Muñoz Muñoz-Cruzado tenía una cosa clara cuando se jubiló de su trabajo de toda la vida. No estaba dispuesto a ir a ver obras y buscaba una actividad.
Ahora dirige tres grupos de teatro aficionados, lo que puede parecer una auténtica locura y es el director de recreaciones de la Asociación 24 de Septiembre de 1810.
O sea, que ha pasado de buscar una actividad para jubilación a buscar tiempo para dar cumplir con todos los compromisos contraídos.
La Asociación Cultural Recreativa 24 de Septiembre de 1810 tenía ya su propio grupo de teatro, de nombre Las Cortes que representa sus obras en las fechas del 24 de Septiembre, aniversario de las Cortes de la Real Isla de León, mientras que el segundo grupo que dirige es el de la Peña Colorín de Colorao.
Una vez que esta entidad tiene que cerrar su local por falta de fondos, como es habitual y cuando Muñoz ya estaba en la peña carnavalesca y en la Asociación 24 de Septiembre, llegan al acuerdo de integrar el grupo Colorín Colorao en la Asociación. No obstante, el fallecimiento de Antonia Carrillo, directora del grupo Simpatía del Círculo de Artes y Oficios cuando estaban ensayando una obra, hace que llamen a Muñoz Muñoz-Cruzado para terminarla. Y así es como actualmente se encuentra con las tres agrupaciones y un número de componentes entre las tres muy considerable.
Los problemas que tiene cualquier grupo de teatro aficionado ya se han tratado varias veces en este periódico y no son otros que los compromisos de los integrantes con sus trabajos y sus familias.
No obstante, Muñoz aclara al respecto que en este caso la inmensa mayoría de los componentes son como él, que han buscado en la asociación o en el teatro una forma de mantenerse ocupados, por lo que el compromiso es firme. Lo que no quita que algunos digan eso de que mañana me toca quedarme con mis nietos.
En cuanto a la gente joven, el problema persiste en todos los grupos pero por ahora cubren las obras que van montando y estrenando. Es más, tiene problemas como director porque de más de treinta componentes, o dirige obras de teatro corales con muchos personajes, o muchos integrantes se quedan fuera.
Para ello se preparan varios sainetes para que todo el mundo esté trabajando en alguna obra, que al fin y al cabo es para lo que están allí la totalidad de la plantilla.
Pena que todo el trabajo que lleva una obra sólo sirva para representarla un par de veces, por las dificultades económicas que encuentran para trasladarse a otras localidades.
Una de esas ocasiones son las semanas de teatro aficionado que organiza el Ayuntamiento de San Fernando cuyas representaciones se dividen entre el Real Teatro de las Cortes y la Casa de la Cultura, unos años unos en una sala y otros los demás en la otra alternativamente, lo que deja un sabor agridulce que no lo dejaría una semana de teatro aficionado de diez días.
No obstante, Antonio Muñoz es consciente de que el Real Teatro de las Cortes no es para un trote de esa envergadura, además de los gastos que ocasiona abrirlo, pero propone que al menos se cree una comisión de expertos que hagan una valoración de las obras que se van a representar en cada semana, eligiendo las mejores para el Real Teatro y las menos mejores para la Casa de la Cultura. Algo difícil de conseguir teniendo en cuenta que los gobiernos municipales de San Fernando siempre han optado por la democratización de las artes antes que por la excelencia. Que dicho sea de paso, eso de decirle a alguien que su obra no es buena resta votos.
